En mitad de la Feria del Ajo de San Pedro, en el puesto número 50, llaman la atención un par de carteles: el primero advierte de la venta de ajo negro; el segundo, que exige detenerse más en profundidad, habla de las bondades de la miel mezclada precisamente con ese alimento. La lista es larga: de la prevención de enfermedades a los poderes antioxidantes, pasando por la mejoría de la memoria o las propiedades antidepresivas. Casi una poción mágica.
Mucha gente se para a echar un ojo frente a este stand que pertenece a una mujer de La Bóveda de Toro llamada María José Hernández: «El ajo negro es fruto de una fermentación. Se trata de un proceso muy lento, que va muy despacito, en el que los propios azúcares del ajo hacen que se transforme: le cambian el color, el sabor y la textura. Se queda dulce. Ya no pica, no repite, y lo mejor es que potencia las propiedades buenas que tiene el ajo natural», explica la vendedora.

Además, según Hernández, el producto «se come agradable». «Te lo pones por la mañana en una tostadita con un poco de aceite de oliva, o lo usas para cocinar, y le da un toque diferente a las cosas», señala la productora de La Bóveda, que admite que la gente «va conociendo más» el ajo negro, particularmente desde su aparición mediática en un episodio de MasterChef. A veces vale más un rato en la pantalla que varios años tratando de convencer de palabra.
Sea como fuere, la cosa marcha para Hernández y su pequeño negocio, que funciona con el ajo negro desde hace «diez años por lo menos» con una producción artesana: «La gente que lo conoce lo valora, porque el nuestro queda mucho más rico, no tiene ese toque requemado que encuentras en el que compras en el supermercado», subraya la productora, que despacha el ajo negro como tal, la miel y también quesos, vinagres o mermeladas con ese toque distintivo.
Venta online
Lo hace a través de algunas tiendas o de la web www.ajobovedano.com. También estos días en la feria, claro. Y, por supuesto, en La Bóveda, tierra de ajos: «Allí nos llueve muy poquito, así que se controla muy bien», matiza Hernández, que está al frente del negocio y que lo trabaja directamente con «mucha entrega personal».
También con convicción. De vuelta a la miel con ajo negro, la vendedora lo tiene claro: «Cuenta con tantas propiedades que si la tomas ya no te mueres. Si te quieres morir, tienes que dejar de tomarla», ríe Hernández antes de seguir atendiendo al público de San Pedro.