A las puertas de un nuevo episodio de calor intenso, ya con julio encima, la piscina de Roales sigue cerrada. Y no está claro cuándo podrá abrir. La que pasa por ser una de las instalaciones veraniegas con más demanda del entorno de Zamora capital se encuentra inmersa en unas obras que se están demorando más de la cuenta y, a pesar de que el municipio ha conseguido adjudicar la gestión de una forma aceptablemente ágil, todavía no está claro si podrá estar disponible este verano.
«Estamos trabajando para finalizar las obras lo antes posible e intentar abrirla», explican desde un Ayuntamiento cuyo teniente de alcalde, José Ángel Gallego, aclara que lo que sí estará disponible próximamente, entre lo que queda de este mes y el comienzo del próximo, será el servicio de cafetería y restaurante. Lo demás depende de factores que ahora mismo se escapan del control municipal, como el plazo que queda para la ejecución de la obra en marcha.
Según relata Gallego, en estos momentos se está acometiendo una obra en el vaso pequeño de la piscina: «Esto se nos está retrasando un poco», admite el teniente de alcalde, mandatario en funciones ante la baja médica del regidor del pueblo. El representante público concede, además, que a partir de ahí «sanidad es sanidad». «Yo quería abrir, pero no lo sé. Va en función de los trabajos, de la limpieza de la piscina, de sanidad y demás», apunta.
A partir de ahí, sería la empresa encargada de la gestión de las instalaciones la que se tendría que encargar de buscar al personal para atender la piscina. Eso pasa inicialmente por contar con socorristas, un punto que no hay que desdeñar como problema, habida cuenta de las dificultades que se están encontrando algunos pueblos para contar con personal que tenga esta capacitación.
La segunda de julio
«Yo estoy a la carrera», insiste Gallego, que está empeñado en conseguir abrir la piscina. Ya no será en junio, como es habitual. Probablemente, tampoco en los primeros días de julio: «Lo que sí quiero es que sea en plenas condiciones, no me la voy a jugar», desliza el teniente de alcalde, consciente de que, una vez acaben las obras, hay que cumplir con ciertos protocolos y recibir informes favorables antes de poner la instalación a disposición del público.
Por eso, el horizonte va un poco más allá de los próximos días: «Mi intención es abrir cuanto antes, pero incluso lo haría aunque fuera en la segunda quincena de julio», asevera Gallego. Para el teniente de alcalde, agosto ya sería muy tarde.