El avance de las obras de humanización de las travesías, principalmente las que afectan a Cardenal Cisneros, han sumido ya a la ciudad en un caos circulatorio que deja corto lo visto en los últimos meses. Aunque la práctica decía que los cortes, que se están llevando a cabo entre rotondas y que afectan a tramos importantes de la travesía, se iban a indicar con antelación, la realidad es que no está sucediendo así. Los conductores transitan por la principal vía de comunicación de la ciudad sin saber qué se van a encontrar en la siguiente rotonda ni dónde va a estar la próxima señal de prohibido el paso. Una situación que está desembocando en algunos momentos de tensión.
La situación que se está viviendo la ejemplifica a la perfección una señal que se ha instalado en las inmediaciones de la rotonda del Cristo de Morales en dirección a Zamora: «Acceso a Zamora sur cortado. Alternativa por el barrio de Pinilla». Una indicación que parece clara de no ser porque confunde más que ayuda. Se instaló el miércoles de la semana pasada, llevando a muchos conductores a encaminarse ya por Pinilla, cuando el acceso a Zamora por la rotonda de La Aldehuela no se cortó hasta el lunes, cinco días después. En teoría la señal estaba tapada por un plástico, que voló por el viento y que, en cualquier caso, era transparente, con lo que se leía perfectamente lo que había debajo. Y permanece ahí fija, avisando del corte, independientemente de que se pueda entrar o no por la rotonda.

Las consecuencias de las obras las están viviendo sobre todo los vecinos de los barrios de Candelaria y Pinilla. En el primer caso, derivadas también de los cortes en la rotonda de La Aldehuela en sentido salida, que no se informan en los tramos más al norte de Cardenal Cisneros, como sería deseable, y que los conductores se encuentran cuando están ya en la zona conflictiva. Se deriva el tráfico por la calle de Magallanes, Eduardo Julián Pérez y Candelaria Ruiz del Árbol para avanzar hasta el Puente de Hierro por Puerta Nueva con el impedimento añadido de que, para evitar retenciones, se ha dejado sin servicio el semáforo de Cuatro Caminos y pocos conductores saben quién tiene ahí la prioridad. Los atascos para acceder después al Puente de Hierro duran varios minutos y la circulación por el entorno de la Ciudad Deportiva es caótica.
Y, en el caso de Pinilla, se notan las dificultades cuando se corta la rotonda en sentido entrada a Zamora, pues los vehículos que llegan del sur atraviesan toda la avenida de Salamanca, con un punto delicado importante que es el cruce de la gasolinera, donde los que vienen de Morales del Vino o El Perdigón se cruzan con los que acceden desde Moraleja del Vino o Villaralbo. Consecuencia, la misma, que el acceso al Puente de Hierro se satura y las colas llegan casi hasta el citado cruce, lo que lleva a muchos a encaminarse por el Puente de los Poetas, dando un importante rodeo.
A los tramos que se cortan y abren en Cardenal Cisneros sin previo aviso se suman los de las otras dos travesías, bastante más organizados (aunque en la avenida de Galicia, por ejemplo, no se pueda circular con destino al centro de Zamora, pero está convenientemente señalizado) y los del agua caliente que acomete el Ayuntamiento de Zamora, que han llevado incluso a levantar zonas de Cardenal Cisneros que ya habían sido tapadas por los operarios de las obras de humanización. En cualquier caso, nuevos cortes que los conductores se encuentran de un día para otro, sin más aviso previo que la señal de prohibido el paso cuando llegan a zonas en obras.
Lo que queda
La situación se ha complicado desde que el pasado 10 de junio comenzaran los trabajos de aglomerado en diferentes zonas de Cardenal Cisneros. En la primera fase se ha procedido al fresado del pavimento existe entre la glorieta de la Aldehuela hasta la glorieta de Requejo. Las molestias se han agudizado desde que el lunes 23 comenzara la segunda fase, en la que se está procediendo a la extensión de la capa intermedia en las mismas zonas que se llevo a cabo el fresado. Finalmente, en la tercera fase, se procederá al extendido de la capa de rodadura en toda la obra, desde la glorieta del Sancho hasta la de la Aldehuela.

La duración total de las tres fases está estimada en mes y medio, lo que lleva su final previsto a finales de julio. La Subdelegación del Gobierno ya informó en su día que los desvíos habían sido consensuados con la Policía Local y que «las restricciones de acceso a garajes se informarán in-situ con la suficiente antelación para conocimiento de los residentes afectados». Cuestión esta última que no se está produciendo, lo que en estos últimos días ha conllevado más de un encontronazo entre los conductores y los operarios que realizan su trabajo.