Han pasado 40 días desde que Renfe anunció la supresión de las paradas matinales en Sanabria. El tiempo suficiente, al parecer, para quebrar la unidad entre los actores implicados en la pelea por proteger esos servicios. No es que el objetivo haya cambiado, pero la sensación es que cada cual hace ya la guerra por su cuenta. Queda la movilización de septiembre en Madrid, que en principio será conjunta. Por lo demás, todo apunta a que hay gente que ya no está dispuesta a darse la mano con el de enfrente.
La tensión más evidente, aunque no la única dentro del movimiento, es la que se percibe a nivel político entre el Partido Popular e Izquierda Unida. Las declaraciones fueron subiendo de tono en las últimas semanas, desde la convocatoria de una reunión en la Diputación Provincial para acordar medidas, y estallaron definitivamente este lunes, cuando el presidente del PP, José María Barrios, habló incluso de la pertinencia de suprimir la mesa de trabajo creada en el Ayuntamiento de la capital.
Conviene recordar que esa mesa, creada en enero como órgano participativo del Ayuntamiento, cuenta con la presencia de las instituciones principales, de los grupos políticos de la oposición municipal, de los agentes sociales y de los usuarios del AVE. A IU no le sentó bien que la Diputación convocase una reunión fuera de este órgano para acordar medidas como la citada manifestación de septiembre o el parón de cinco minutos para protestar contra Renfe, que se ejecutó el pasado 17 de junio.
Aquel encuentro se produjo hace ya veinte días y fue un punto de inflexión. El presidente de la mesa del AVE, Pablo Novo, habla desde entonces de «afán de protagonismo» por parte del PP y, en particular, del presidente de la Diputación, Javier Faúndez. Los populares, en cambio, niegan la mayor y se limitan a señalar que la reunión de la institución provincial daba cabida a más interlocutores que la herramienta municipal y que los asuntos que afectan a las comarcas, como el de Sanabria, han de dirimirse en un foro ajeno al que ofrece el órgano participativo de la capital.
En ese segundo argumento se encuentran, por ejemplo, el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Zamora, Jesús María Prada, o el vicepresidente primero de la Diputación, Víctor López de la Parte, que no se suman a la petición de Barrios de suprimir la mesa de trabajo en la ciudad para trasladarla a la Diputación, pero que sí entienden que los asuntos de la provincia han de tener cabida en La Encarnación mejor que en la Casa de las Panaderas.
Entretanto, las dos formaciones tiran de sus diputados nacionales para tratar de ofrecer soluciones en el Congreso. Aquí, al PP no le sentó especialmente bien que el alcalde de Zamora, Francisco Guarido, señalara a los populares al hablar de la necesidad de que la marca se posicionara a nivel nacional y no a través de declaraciones dispares en función del territorio. El portavoz del grupo parlamentario en la Comisión de Transportes, Héctor Palencia, acudió este lunes a la ciudad para anunciar medidas en la cámara baja. Y de paso, para tratar de disipar las dudas. En ese mismo marco, Barrios y él recordaron los tiempos en los que IU se posicionaba contra el AVE.
En medio de esta disputa, en el seno de la Diputación, se votó por unanimidad una moción para reclamar el cese del presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia. Todos apoyaron el texto, pero IU lo hizo a regañadientes y dejando claro que no ve que un cambio de cromos en el puesto sea la solución.
Por otro lado, y más allá de esta guerra entre el PP e IU, los grupos políticos también han tenido posiciones encontradas a la hora de evaluar la medida propuesta por Zamora Sí para plantear la compra y devolución masiva de billetes con el fin de vaciar el tren que va de Vigo a Madrid, y ninguno se ha sumado al intento fallido de UPL, junto a varios colectivos, de tratar de activar la vía judicial.
Esta intentona, con la denuncia en el juzgado número cinco de Zamora, tampoco cayó bien dentro de ciertas asociaciones que pelean por la recuperación de los trenes. Estos grupos interpretan que la querella carecía de un mínimo fundamento y que la no admisión a trámite de la demanda solo perjudica otras propuestas más serias de resolver el asunto por la vía administrativa. Nada de penal y de búsqueda de delitos de prevaricación debajo de las piedras.
Con A Gudiña
Mientras, en el seno de la propia comarca, la Alianza UPA-COAG ya convocó una manifestación por su cuenta en Villardeciervos y recalcó que la lucha desde el territorio ha de ser junto a A Gudiña, por aquello de que Sanabria y esa zona de Galicia son las penalizadas y las que sienten el agravio como propio, más allá de sus capitales. A esa manifestación ya no acudieron varios responsables del Partido Popular en la zona.
Sí estuvieron los del PSOE que, por razones obvias, son los que están mostrando un perfil más bajo a nivel público en las últimas semanas. Los socialistas tienen la misión de seguir peleando por los trenes en los despachos mientras observan cómo un movimiento que comenzó unido se va dispersando en pequeñas batallas que cada uno trata de hacer por su cuenta.