El 13 de junio de 2015, Francisco Guarido llegó al poder. Todo iba encarrilado desde las elecciones de mayo, pero no fue hasta este día cuando el líder de Izquierda Unida se hizo con la Alcaldía tras 16 años en la oposición: «Se juntaron dos o tres mil personas para dar la bienvenida a un nuevo gobierno», ha recordado este viernes el todavía dirigente municipal, que ha admitido que «fueron momentos muy emotivos» en el balcón de la Plaza Mayor.
«Ganamos el gobierno por tener un estilo de oposición que nos hizo ganarnos el respeto de nuestros conciudadanos. Tuvimos la energía como asamblea de afiliados de no unirnos a experimentos que entonces nacían y que fracasaron después: las ciudades del cambio, que significaban la nada en la gestión municipal y las frases huecas», ha repasado Guarido.
El alcalde ha subrayado, además, que los diez años transcurridos reflejan «la impronta» de un licenciado en Ciencias Políticas: «Esos estudios me dieron una perspectiva distinta de lo que es la política de la tontería, del pim pam pum y del yo digo y tú dices. Y mientras tanto, vemos cuánto dinero tenemos para comprar las voluntades de los medios de comunicación», ha deslizado el alcalde de Zamora.
«El médico ama la medicina, el filósofo ama e investiga el pensamiento y yo me acabé enamorando de una actividad teórica que tuve la oportunidad de llevar a la práctica. Pues sí, la política no debe ser una actividad desprestigiada, sino que es un arte. Es difícil de entender, pero Aristóteles la definió bien», ha recalcado Guarido, que ha defendido el camino «del trabajo y la honradez».
«Vistas cómo están las cosas a nivel nacional, solo puedo decir que no he aprendido ni pienso aprender cómo se hace para hacer triquiñuelas y robar. Gracias a todos los militantes de IU a los concejales y al pueblo de Zamora al que servimos. Sin más pretensiones», ha zanjado Guarido, en una referencia clara a lo que está ocurriendo en el seno del PSOE a nivel nacional.