Llegó el 9 de junio sin cambios y los vecinos de Sanabria ya no podrán coger el tren por la mañana. Desde este lunes, la comarca pierde los servicios ferroviarios de alta velocidad que partían de Otero hacia Zamora y Madrid a las 8.46 y las 9.35. También el que llegaba a esa misma terminal desde las capitales a las 8.15. A partir de ahora, el primer servicio en dirección este será el de las 12.27, mientras que la parada más temprana rumbo al oeste alcanzará este rincón a las 10.10.
La ejecución del cambio de horarios planteado por Renfe pone fin a 26 días de protestas desde la comarca con el apoyo del resto de la provincia. Desde el 14 de mayo, cuando el operador ferroviario publicó las nuevas frecuencias en su web sin aviso previo, se han sucedido las quejas por todas las vías, las negociaciones, las manifestaciones con miles de personas, las acciones reivindicativas particulares y hasta las denuncias en los juzgados. Nada ha servido para hacer cambiar de idea a la empresa dirigida por Álvaro Fernández Heredia.
Desde el principio, el presidente de Renfe se ha mantenido firme en su intención de suprimir las paradas. El dirigente se ha amparado en los criterios comerciales y económicos para despachar el asunto sin atender los argumentos de índole social planteados por la gente y por los políticos locales. Fernández Heredia se lo trasladó primero a la prensa, en un tour mediático para dar explicaciones, y luego a los responsables institucionales de distinto signo que han tratado, sin éxito, de hacerle cambiar de parecer.
Tampoco el Ministerio de Transportes ha puesto de su parte para echarle una mano a Sanabria en sus reclamaciones, a pesar de la especial sensibilidad que se le presupone al titular de la cartera con los territorios de Castilla y León. El vallisoletano Óscar Puente no ha movido ficha a favor de un lugar en plena batalla contra la despoblación y necesitado de una red de servicios públicos que ahora apenas sostiene a sus habitantes.
Con este panorama, Sanabria se asoma ahora a una lucha a largo plazo. El verbo mantener deja de conjugarse desde ahora en este contexto para cederle el protagonismo al recuperar. Esa tendrá que ser la tarea de todos los actores que habitan el territorio a partir de ahora. Ya hace unos días, uno de los activistas de la zona, José Manuel Soto, advirtió sobre la pertinencia de prepararse para una pelea a largo plazo. Si en estos 26 días, la rabia de la gente ha jugado un papel importante a la hora de alimentar las movilizaciones, ahora tendrá que ser la constancia la que impere.
Por lo pronto, ya hay una acción reivindicativa fijada para seguir haciendo visible el descontento. La medida se aprobó la semana pasada en el marco de la reunión convocada por la Diputación Provincial y consiste en «una paralización total» de Zamora y sus pueblos durante cinco minutos: entre las doce en punto y las doce y cinco del próximo martes 17 de junio.
Manifestación en septiembre
A partir de ahí, el siguiente paso que aparece en el horizonte es la convocatoria de una manifestación en Madrid para la segunda quincena de septiembre. La perspectiva, por tanto, es que el verano transcurra sin trenes matinales, salvo sorpresa. Habrá que ver en qué medida penaliza esta circunstancia a la presencia de trabajadores en la zona, a las situaciones vitales de los afectados y a la prestación de servicios en Sanabria.
Por lo pronto, lo que es una realidad es que Renfe ha seguido adelante con su plan a pesar de que la comarca se movilizó hasta el punto de llevar a una manifestación al equivalente a más de la mitad de su población total. No fue suficiente para cambiar el parecer de los mandamases del operador ferroviario.