El pasado viernes fue el último día del tren para los trabajadores que van de Zamora a Sanabria y viceversa. Este lunes ha sido el primero de la rueda. Así se conoce popularmente el sistema de turnos que establecen muchas personas para viajar en coche cuando tienen que desplazarse desde el mismo punto y hacia la misma localidad. Básicamente, se trata de ir rotando para poner el vehículo y para conducir, lo que permite reducir el cansancio y recortar el gasto en gasolina y en mantenimiento.
Ante su nueva realidad, sin servicios ferroviarios ajustados a los horarios laborales, los trabajadores están tratando de cuadrar sus casos personales para encajar nuevamente esas ruedas y poder desplazarse mientras esperan que el tren regrese o que Sanabria deje de ser su destino, una alternativa que algunos ya manejan. «Son muchísimos años viajando y ya no puedo sacrificar más mi vida en el coche y con el riesgo de los animales», apuntaba, en este 9 de junio marcado en rojo, uno de los empleados de banca afectados.
En esta situación se encuentran varias personas más, en la disyuntiva entre meterse unos mil kilómetros a la semana en desplazamientos laborales por una Nacional compleja y tratar de encontrar un nuevo destino laboral más amable con sus circunstancias. Lo que está claro es que entrar a su puesto más allá de las diez y cuarto de la mañana no es una alternativa, así que el tren ha dejado de existir para ellos.
Sin su presencia, el primer viaje de la nueva normalidad ha llegado a Sanabria este lunes a las diez y diez de la mañana con siete pasajeros. Al menos, lo ha hecho a la hora, con presencia de un poco de prensa y sin que nadie alzara la voz. Ya se hizo antes y se hará después. Quedan movilizaciones por realizar. Las oficiales, como la del paro de la provincia previsto para el 17 de junio, o las extraoficiales, las que planean otros grupos para tratar de mantener viva la llama del descontento.
Malestar generalizado
Y es que no es solo la movilidad laboral la que se ve afectada. Este lunes era festivo en Zamora, pero el martes habrá citas médicas a las que los mayores tendrán que desplazarse en coches particulares o ajustarse a los horarios del regional. Otra vida, una sin alta velocidad útil y sin servicios complementarios para paliar los cambios ejecutados por Renfe en la comarca.
El asunto ha estado en boca de la gente en los bares, en la calle, en el mercado de El Puente. El malestar es generalizado, pero no ha habido cambios de última hora. Este martes habrá que seguir en la rueda. Y el miércoles. Y el jueves. Salvo que la presión acabe por cambiar las cosas.