El proyecto de conseguir que parejas de halcones aniden en Zamora para controlar la plaga de palomas que hay en la ciudad crece y la ciudad suma una segunda «caja nido», instalada desde ya mismo en la azotea del edificio del CEI. La caja, de características idénticas a la que hay habilitada en la cubierta de los Nuevos Ministerios y que han utilizado los halcones Viento y Tromba para anidar este año, lleva meses instalada, pero se ha abierto en estas últimas horas una vez ha finalizado la temporada de cría de las rapaces. La caja ha sido construida por el centro Lorenzo Milani, de Salamanca.
La idea es que la caja nido, que ha sido instalada por la asociación NaturZamora y financiada por el Ayuntamiento de Zamora (el proyecto cuenta también con la colaboración de la Consejería de Educación, que ha permitido el acceso a la cubierta del edificio) pueda estar ocupada en la próxima época de reproducción, que empezará el próximo invierno, por alguna pareja de halcones. No se habilitó antes, explica el ornitólogo Alfonso Rodrigo, para evitar que los halcones que anidan en los Nuevos Ministerios pudieran cambiar de localización y echar a perder la inversión que se hizo en la cámara de seguimiento que se instaló el pasado invierno, y que muestra en tiempo real lo que sucede en el nido.
Desde NaturZamora aseguran, lo han hecho en ocasiones anteriores, que la ciudad es lo suficientemente amplia y la población de palomas lo bastante abundante como para mantener al menos a dos parejas de halcones peregrinos, cada una con su respectivo nido. La existencia de alimento suficiente, apuntan las mismas fuentes, debería garantizar que no haya enfrentamientos entre las aves.
Por lo que refiere a la familia ya establecida en la ciudad, las tres crías que nacieron a finales del mes de abril (Cuza, Esla y Bermeja) están comenzando ya a dar sus primeros vuelos y son bien visibles desde el parque de León Felipe, desde donde puede apreciarse «un espléndido plumaje juvenil» cuando están posadas en el borde de la cornisa, donde pasan largos periodos de tiempo. Aún no cazan y son los padres los que les proporcionan el alimento.
Con ese trabajo NaturZamora espera consolidar una segunda pareja en la ciudad y así seguir combatiendo la población de paloma bravía, «que tantos problemas suscita en algunos puntos de la ciudad». Con todo, la población ya ha caído de forma sensible desde que se acometieron las obras del Puente de Piedra, ya que la estructura del viaducto era una ubicación habitual de nidos de esta especie que ahora no están.
«Nuevamente queda demostrado que la colaboración entre las entidades públicas beneficia el bien público, en este caso el medioambiental», concluye Alfonso Rodrigo.