«Se han valorado todas las opciones y era la mejor opción posible». La fecha escogida para la manifestación frente a la sede de Renfe (presumiblemente) en Madrid, que se irá a la segunda quincena de septiembre, se llevará a cabo con los nuevos horarios impuestos por la operadora ya plenamente asentados tras más de dos meses de uso y con el riesgo de que la indignación social que ahora mismo existe en la provincia rebaje su intensidad. «Se podía haber hecho antes pero está San Pedro, las vacaciones de verano, el calor… Es muy complicado movilizar a la gente en Madrid y hemos establecido la segunda quincena de septiembre», fecha con la que se seguirá adelante «a no ser que Renfe rectifique», cuestión que no se antoja posible hoy por hoy.
Mientras tanto, asegura Javier Faúndez, se estudiarán «otras acciones puntuales» para intentar mantener vivo el descontento, aunque en realidad lo que parece es que las instituciones empiezan ya a apuntar a octubre. Las esperanzas de que Renfe rectifique los horarios que entrarán en vigor a partir del lunes es mínima y, con la manifestación prevista para septiembre, las miras pueden empezar a estar puestas ya en la nueva temporada, cuando Renfe volverá a sacar billetes y la esperanza de que establezca un nuevo tren por Sanabria a primera hora de la mañana pueda tener más fuerza.
Una cuestión esta, pese a todo, que nadie se atreve a reconocer públicamente. En similares términos a los de Javier Faúndez se ha expresado también el delegado de la Junta en Zamora, Fernando Prada, que apunta que una medida diferente al paro del 17 de junio (de cinco minutos al mediodía) y a la manifestación de septiembre «no es valorable» porque las actuaciones «deben aprobarse con el consenso de todos y ser contundentes». Renfe tiene publicados los horarios hasta el 30 de septiembre y, a la vista del modo de actuar de la operadora en las últimas ocasiones, lo normal es que los billetes a partir del 1 de octubre (y los posibles nuevos horarios) se publiquen a finales de agosto o principios de septiembre.