La movilización de este domingo en Zamora volvió a poner de manifiesto el descontento popular con la decisión de Renfe de suprimir los horarios matinales que dan servicio a la comarca de Sanabria. Si en la concentración celebrada el 24 de mayo en Otero se contabilizaron 3.000 personas, en la del 1 de junio en la capital fueron 4.000. Resulta evidente que existe una contestación social frente al movimiento del operador ferroviario.
Incluso, la asistencia de miles de personas a la convocatoria frente a la estación de tren de Zamora facilitó que la noticia trascendiera a nivel nacional, con la aparición de imágenes en los informativos y con varios rostros conocidos, algunos de ellos de zamoranos con presencia en los medios de comunicación, relatando los motivos que mantienen soliviantada a Sanabria y a muchos vecinos de la provincia en estas últimas semanas de la primavera.
Lo que ocurre es que las manifestaciones pasaron, el enfado se hizo evidente y Renfe sigue sin moverse del sitio. De momento, lo único que ha admitido el operador ferroviario es la posibilidad de incorporar un servicio Avant madrugador para ir de Sanabria a Madrid con parada en Zamora capital. Ahora bien, reclama que lo financien la Junta y la Diputación. Ni siquiera los parlamentarios socialistas como el alcalde de Puebla, José Fernández, ven esa implicación de otras administraciones como algo viable.
Eso quiere decir que, en estos momentos, a falta de una semana exacta para que entren en vigor los nuevos horarios previstos a partir del 9 de junio, no hay una solución clara sobre la mesa. Si nada cambia, a partir del lunes, el primer tren partirá de Sanabria hacia el este a las 12.27 horas, mientras que ningún servicio alcanzará la comarca en sentido Galicia hasta las 10.10. ¿Qué opciones quedan para que eso no se concrete?
A priori, no hay más reuniones anunciadas con los responsables de Renfe hasta esa fecha. Otra cosa es que los políticos continúen con los movimientos pertinentes para tratar de cambiar el rumbo de los acontecimientos. No solo a través del operador ferroviario, sino por otras vías. En esas tendrán que manejarse los responsables socialistas de la provincia, a pesar de las puertas cerradas que se han ido encontrando hasta ahora.
Entretanto, también se prevé que sigan las movilizaciones. Aún no está claro de qué forma. Algunos vecinos están planteando acciones reivindicativas a título particular, pero también las instituciones prevén seguir con la presión. La Diputación de Zamora, por ejemplo, ha fijado para el miércoles 4 de junio una reunión con el fin de «coordinar diferentes medidas», según remarcó este domingo su presidente, Javier Faúndez.
Más manifestaciones o un paro provincial
Dentro de las alternativas ya anunciadas, se dibuja el establecimiento de un paro de cinco minutos en toda la provincia, e incluso la posibilidad de convocar una movilización en Madrid. Habrá que esperar un par de días para conocer los detalles.
Por lo pronto, más allá de las vías que escoja cada cual para seguir presionando a Renfe y al Ministerio de Transportes, lo que sí se sostiene es la unidad política en el fondo del asunto. Todos los partidos provinciales mantienen que Sanabria ha de tener frecuencias matinales y que ha de ser el Estado, a través del operador ferroviario, quien lo financie. Lo que está por ver es si esa posición común y el respaldo de la sociedad zamorana sirven para algo en esta ocasión.