Quedan cuarenta minutos para la manifestación y la gente busca la sombra. También guarda fuerzas. Se espera jaleo. El silencio se va quebrando a medida que llegan los autobuses de El Puente, de Mombuey, de Puebla, de los lugares donde viven los grandes afectados, las gentes de Sanabria y Carballeda que sonrieron en 2021 cuando apareció el AVE y que ahora entienden que lo van a ver pasar sin cogerlo cuando les conviene. Apenas como una estela del progreso en un territorio condenado a otro futuro.
La cita es en la estación de tren de Zamora y la idea consiste en replicar lo que ocho días antes ocurrió en la terminal de Sanabria Alta Velocidad. A grandes rasgos, decirle a Renfe que la comarca en particular y la provincia en general no aceptan la reorganización de frecuencias dibujada para los servicios a partir del 9 de junio. A eso viene la gente, que baja por goteo desde las calles adyacentes y que se planta en el entorno con silbatos, con carteles, con la voz, con la bandera o con todo.

«Sin AVE temprano, futuro lejano», se lee en alguno de los carteles. La misma idea aparece en otro: «Sin tren al clarear nos toca emigrar». Las reivindicaciones las portan quienes vienen de la comarca, pero también los que se suman en la ciudad: vinculados a Sanabria o no. De una ideología o de otra. El movimiento es transversal. Por eso se espera mucha gente. Quizá incluso más que la que llega. En torno a 4.000 al final, según las fuentes policiales.
Entre los que están aparecen representantes políticos. Son de todos los colores. El de Izquierda Unida y el de Vox, el del PP y el del PSOE, el de Ahora Decide, el de UPL o el de Zamora Sí. Y faltarán algunos por citar. Nadie se desmarca en esta pelea. Los responsables institucionales se suben al escenario instalado al fondo, junto a la pista polideportiva. Y allí arranca Pablo Novo, el concejal, que preside además la mesa de trabajo del tren: «Estamos aquí contra la supresión de servicios», clama el edil.
La gente jalea. La que escucha. Desde atrás hay que afinar mucho el oído para entender. Pero Novo continúa: «Esto es un despropósito insolidario», apunta, en referencia a la eliminación de frecuencias matinales en Sanabria Alta Velocidad. El concejal habla por el resto de los políticos y reclama un tren madrugador que salga a las seis de Otero, pase por Zamora y desemboque en Madrid. También que mejore el servicio regional. Y que la gente no calle. «¡Adelante!».

También sale a escena el presidente de los usuarios del AVE de Castilla y León, Carlos Perfecto, que recuerda que los vecinos están «hartos», que sienten esto como «un atropello y una humillación». «Zamora y Sanabria necesitan empatía, inversiones y ayuda de todas las administraciones», advierte el activista, mientras abajo aplauden vecinos con carteles que no tienen flechas, pero señalan: «Abel, de Caballero tienes poco».
Los «desprecios» de Renfe
Desde abajo, la gente grita «¡así no!» y pide la dimisión de Óscar Puente. También ruge que «Zamora unida jamás será vencida» y ovaciona solidariamente cuando dos mujeres de Medina del Campo recuerdan que allí también les golpea la reorganización. Tampoco escatiman aplausos para Álvaro Mayoral, el representante de los usuarios de la provincia, que habla de «continuos desprecios» de Renfe y que remarca que el interés general al que alude el operador es «cuestionable».
Por eso «Sanabria está en pie de guerra», como se lee en una pancarta. Y por eso apoya Zamora: «Nos hemos sentido traicionados. Nuestra tierra se muere. Esto es cuestión de pura existencia», remacha Mayoral. Y una marea de gorras verdes, cortesía de Caja Rural, asiente.
