La asociación de usuarios del AVE de Zamora planea una concentración en la ciudad para protestar contra la reorganización ferrroviaria planteada por Renfe a partir del 9 de junio. El colectivo está en conversaciones con los distintos actores políticos y sociales para dar forma a una movilización desde la sociedad civil y en la que quepan todos los ciudadanos que sientan como propio el agravio de la supresión de frecuencias en Sanabria o de la ausencia del demandado tren madrugador en Otero y en la capital de la provincia.
La acción reivindicativa de los usuarios aún no tiene fecha, pero será después de la que está prevista este sábado en Sanabria y siempre antes del citado 9 de junio. Los miembros de la asociación entienden que «no se sostiene de ninguna manera» lo que están haciendo los responsables de Renfe, por lo que aspiran a que la ciudadanía responda tanto en Otero, donde estará presente una representación del colectivo, como días después en la ciudad.
Además, la asociación ha solicitado la convocatoria de la mesa de trabajo del tren y ya está trabajando con los responsables políticos para concretar una reunión que podría tener lugar el 27 o el 29 de mayo. «Primero, que Sanabria se exprese», como principal agraviada, pero luego Zamora también saldrá a la calle. En el texto que aparece a continuación, remitido por los usuarios, se encuentran los motivos que conducen a este colectivo a querer echarse a la calle junto al resto de la ciudad:
Hoy han clavado un puñal a los zamoranos. Zamora ha sido humillada.
El señor Abel Caballero y otros representantes parecen haberse cegado con el brillo de sus luces y, en su afán por satisfacer sus propios caprichos, pretenden arrebatar el derecho a comunicarse, no solo a provincias y comunidades hermanas, sino también a su propia gente.
Se enfrentan, según ellos, a quienes creen que no son nadie. Porque sus decisiones no deben molestar a esos «nadie».
Nadies que no cuentan, nadies olvidados en tierras que se ahogan. Tierras a las que, con acciones como las que estos señores defienden, se les apaga el futuro.
Pero aún son aquellos que lo permiten, lo consienten y lo secundan, escuchando las plegarias y vendiendo mentiras a esos «nadies».
Total, ¿a quién le importa un puñado de personas que se marchitan poco a poco?
No, no somos todos iguales ¿Y el principio de solidaridad que consagran el artículo 2 y el 138? El Estado velará por un equilibrio económico adecuado y justo entre las diversas partes del territorio español (…) Las diferencias entre (…) no podrán implicar en ningún caso PRIVILEGIOS ECONÓMICOS O SOCIALES… Si les interesa, léanse la carta magna.
Hoy no hay igualdad ni en nuestra tierra ni en la del señor Caballero. Han traicionado incluso a sus propios vecinos gallegos.
Pero más grave es la actitud de quienes, en nuestra tierra, callan y no luchan. Que esperan, en silencio, que esos «nadies» olviden lo ocurrido y vuelvan a callar, como siempre, que ocultan o maquillan datos.
Pues ya no. Hoy, los ciudadanos de Zamora decimos ¡basta!
Nos arrebatan el derecho a comunicarnos, a circular libremente, los mas grandes pisotean a los pequeños.
Pero ya no más. Así no, así no, señor ministro.
Somos pocos, sí. Somos «cuatro gatos». Los majos cada vez somos menos.
Pero no podrán echarnos de nuestra tierra.
Porque esta tierra es nuestra raíz, nos une y nos da felicidad. Hemos nacido aquí y queremos disfrutar ese DERECHO A QUEDARSE que tantas bocas llena y que no cumplen.
No le hacemos daño a nadie. No deseamos mal a nadie.
Pero hoy, señores Caballeros, se han equivocado.
Han herido y apuñalado el corazón de una sociedad que lucha por su dignidad. Hoy nos han HUMILLADO.
Esperamos que quienes nos representan no agachen la cabeza y que, por fin, defiendan su tierra.
Por un futuro digno para Zamora.
Porque el futuro de nuestros pequeños nace de las acciones de nuestro presente.
Como sería en aquellos convulsos tiempos en que, con una excelente, pulcra y brillante exquisitez intelectual y literaria, Cervantes criticaba con la magna obra hispánica por excelencia la decadencia de la sociedad. Él creó a don Alonso Quijano, luz y esperanza de que aún podía quedar algo bueno en estas tierras tan locas, pues quedaba aún un loco con valores. Por eso decimos a los que nos representan que un caballero andante no deja al pueblo atrás.