La andadura en los banquillos comenzó en la temporada 2010-11. Primero en Liga EBA, desde la 2014-15 en LEB Plata y, este último año, en Primera FEB, la antigua LEB Oro, la segunda categoría del basket español después de la ACB. Muchísimos partidos, muchos pabellones, bastantes categorías y un solo club, el suyo, el CB Zamora. Saulo Hernández cierra su temporada número 14 al frente del primer equipo y llega el momento de hacer balance.
– ¿Más relajado ya?
– Algo más, algo más. Pero ya pensando en la siguiente temporada.
– ¿Ni unos días de descanso?
– Este año vamos con más experiencia, sabemos lo que hay que hacer, los plazos. Esto es como una empresa, en todo lo que podamos ir avanzando, planificando, conviene hacerlo porque después te permite tener tiempo para otras cosas. La campaña de socios, por ejemplo. El año pasado nos llevó un trabajazo, muchas horas, fuimos los primeros en digitalizar el pabellón… Este año ya lo tenemos hecho y la lanzamos el lunes. La gente está enganchada y la queremos mantener el año que viene.
– Trabajo interno.
– Claro. Dentro de un mes y medio queremos tener ya cerrada la campaña de socios, avanzado el tema de la cantera, las categorías inferiores… para después centrarnos en el plano deportivo del primer equipo, que es lo que más trabajo lleva. Centenares de horas de trabajo. La gente no se lo imagina, pero este es un club ya muy profesional, la categoría en la que competimos está entre las 8 o 10 mejores de Europa.
– Acaba un año intenso.
– Una pasada, ha estado muy bien. Ha sido una pasada, el nivel, el ambiente en los partidos. La gente, la afición, ha estado enganchada desde el primer momento. Se ha generado un sentimiento de pertenencia al club. Yo siempre he dicho que no creo que haya aficiones más ruidosas o menos ruidosas, hay aficiones que tienen el sentimiento de club más arraigado que otras. Y este año la gente se ha involucrado con el equipo, le importa si se ganaba o se perdía, y eso se nota abajo.
– La ciudad se ha implicado más, no hay duda.
– Claro, la ciudad nos ha visto crecer desde abajo, cuando nadie nos hacía caso. Y a base de trabajo hemos conseguido implicar cada vez a más gente, a nivel interno y externo.
«Hemos cumplido el objetivo, tanto a nivel deportivo como a nivel de implicación social y crecimiento del club»
– ¿Objetivo cumplido?
– Sin ninguna duda, claro. Yo soy un tío optimista, pero siempre con el realista delante. ¿Qué nos hubiera gustado llegar a playoff? Seguro. Y hemos tenido esa opción. Pero la realidad es que estábamos en una liga de doce equipos, porque hay seis en otra competición, en la que descienden tres, y nosotros teníamos las papeletas junto a Morón y Cartagena. Así que hemos conseguido una machada, Cartagena incluso más que nosotros. Creo que es para estar muy contento. También a nivel de club, de implicación de la cantera y apoyo de la gente. Yo, personalmente, no puedo pedir más.
– ¿Era la categoría que se esperaba?
– No. Esperaba menos nivel. Hay mucho nivel, a nivel de baloncesto, de jugadores y entrenadores que hay enfrente. Cuando digo que estamos entre las diez mejores ligas de Europa, con los millones de personas que juegan al baloncesto, es que aquí solo están los elegidos. El salto con respecto a la temporada pasada ha sido tremendo. Creo que el día que tuve esa sensación de nivel fue la primera vez que jugamos contra Estudiantes y vi a Jayson Granger. Recuerdo estar en la pista y pensar «o tú o yo estamos en el lugar equivocado, porque no estamos en paralelo».
– Granger es la estrella de la liga, pero sí se ha visto mucho nivel. ¿De ahí eso de que «tenemos que hacer muchas cosas bien durante todo el tiempo»?
– Es que era así, los que habéis venido al pabellón lo habéis visto. Ha sido una temporada increíblemente cansada porque necesitábamos dar lo máximo en cada partido para tener opciones de competir. Y aún así luego llegaba el sábado y a lo mejor perdías de 30. Pero sabíamos que la única opción de competir era dar el cien por cien siempre, y eso es agotador.
– Hay cosas que ha habido que aprender sobre la marcha.
– Hombre, claro. El uso del físico, por ejemplo, no tiene nada que ver. Los árbitros permiten más contactos y eso lo ves cuando juegas. La toma de decisiones, también, tiene que ir mucho más rápido.
– Personalmente, sí he visto por su parte una toma de decisiones mucho más ágil en esta última parte de la temporada.
– Puede ser, sí. Son cosas que se ven mejor desde fuera. Antes, al haber menos nivel en los jugadores y entrenadores, cuando se cometía un fallo a lo mejor se castigaba menos. En la pista y en los banquillos, ojo. Aquí lo que hemos aprendido es que si cometes seis fallos en dos minutos, se penalizan los seis y el trabajo que has hecho durante todo el partido ya no vale. Así que había que ser más ágil, en una categoría inferior me podía permitir dar margen a un jugador que estaba en mala racha. Aquí no, había que cambiar y reaparecer con más fuerza después.

– La plantilla se ha demostrado muy competitiva.
– Dentro de la pista, sobresaliente. Y fuera, también. Nosotros hacemos bastante hincapié en esto cuando fichamos, gastamos muchas horas en preguntar y saber si traemos a buena gente al club. Este año la sensación ha sido fantástica. Y en el plano deportivo, de los doce jugadores de la plantilla, quizás 9 o 10 hayan hecho su mejor temporada histórica. Esto es para que nos hagamos una idea de lo complicado que ha sido mantenernos, y es que a la plantilla no le podíamos pedir más porque ha dado su máximo.
– La columna vertebral del equipo de LEB Plata se ha mantenido. Una apuesta arriesgada de principio de temporada que ha dado frutos.
– Es un orgullo ver cómo han competido todos. Confiamos en ellos y fue un acierto, incluso aunque hubo voces fuera que nos decían que cuidado.
– No vamos a descubrir a ninguno que se haya visto en la pista, así que le pregunto en particular por uno al que no hemos visto mucho. Souley Traoré.
– Souley tiene una lesión muy importante en Unicaja que siempre ha arrastrado. El año pasado se perdió varios partidos, pero su contrato tenía una opción de renovarlo y lo hicimos. Él hizo un procedimiento conservador para recuperarse de su lesión y no iba bien, así que se operó y la recuperación se alargó, hasta el punto de que es en noviembre cuando empieza a poder moverse algo. Lo que sucede es que en invierno, cuando fichamos a Ondrej Hustak, no sabíamos si Kevin Buckingham iba a volver a jugar esta temporada. Necesitábamos fichar, yo hablé con Souley y le dije que, si estaban todos, el que no iba a estar en la convocatoria iba a ser él. Le dimos la opción de salir en invierno pero hubo poco tiempo y no encontró equipo.
Me alegra que me preguntes por él para contar más cosas. Él también está muy agradecido al club por haberle apoyado en todo el proceso de su lesión y, a nivel interno, nos ha permitido entrenar a tope todos los días dando descanso a Jonas Paukšte, que por su morfología no puede seguir un ritmo de entrenamiento normal. Nos ha permitido entrenar a tope. Solo tengo buenas palabras para él.
«Los jugadores que el año pasado perdonaron dinero para demostrar que podían competir no lo harán la próxima temporada, y eso es lógico»
– El año pasado, cuando hablamos por estas fechas, avanzaba una revolución en la plantilla. Así que vuelvo a preguntarle de cara a los jugadores del año que viene. ¿Sensaciones?
– Vamos por partes. Lo primero es que tengo que decir que creo que el año pasado va a ser más difícil mantenerse que este. Sí, tenemos un año de experiencia, conocemos la categoría… pero hay también cosas en contra. En el deporte hay un componente que mueve montañas, que es la ilusión. Me resulta complicado pensar que este año hubiera un vestuario con más ilusión que el mío, porque reunimos a muchos jugadores que llevaban tiempo deseando demostrar que podían competir en esta categoría. El año que viene eso no lo vamos a tener. Ya hemos jugado contra Estudiantes, ya hemos jugado en la cancha de San Pablo Burgos, ya no tenemos esas mariposas en el estómago… y, a mayores, esos jugadores que el año pasado sacrificaron dinero para demostrar que podían competir el año que viene no lo van a hacer. Lo cual no es solo respetable, sino lógico. Es decir, si los queremos, hay que poner más dinero encima de la mesa. Y esto son matemáticas.
– Sí, vamos, que hay que aumentar el presupuesto.
– Eso es. Y ojo, que el apoyo que hemos tenido este año de afición, instituciones, empresas… ha sido de diez. Pero visto el nivel de la liga, si queremos competir, hay que poder pagar a los jugadores. Dicho esto, tendremos que decidir qué jugadores queremos que sigan, qué jugadores queremos que salgan y, dentro de lo que queremos, con cuántos nos podemos entender. Por ejemplo, seguro, seguro, quiero que siga Jacob Round. Por muchas cosas, pero sobre todo por una. Los clubes, esto es muy de los noventa, necesitan un jugador que los identifique. Bird en los Celtics, Magic en los Lakers, Fernando Martín en el Real Madrid. Eso genera una identificación del club con los jugadores que va más allá de ganar o perder. Y Jacob es CB Zamora, nos representa, no se me ocurre mejor embajador. Con lo cual, estoy seguro de que nuestra primera oferta va a ser para él.
– Volviendo a la plantilla, el escaparate de Primera FEB ha hecho que muchos clubes con más presupuesto se fijen en los jugadores de Zamora. ¿Algo esperado, no?
– Sí, pero nada que no hayamos hecho en los últimos quince años. Nosotros no entramos en ese primer mercado, no tiene sentido, no podemos. No tenemos presupuesto para ello. Así que tendremos paciencia y veremos.
– Hablando a nivel deportivo, ¿a quién destaca?
– A Jordan Walker. Ha demostrado tener una calidad inmensa, mezclando habilidad, físico y talento. En los momentos calientes del partido era el jugador que quería el balón. Cuando no sabíamos que hacer, se la dábamos a él.
«Los partidos de Palencia en casa y Tizona Burgos fuera fueron nuestros dos mejores partidos de la temporada»
– ¿Y con qué partido de la temporada nos quedamos?
– El de Palencia aquí y el de Tizona allí. Fueron nuestros dos mejores partidos de la temporada, sin duda alguna. En conceptos, en intensidad, regularidad, acierto… En todo. El de Palencia fue casi perfecto y en Tizona qué te voy a contar… Ahí perdió Estudiantes, Obradoiro ganó con un triple en el último segundo, y nosotros ganamos con cierta solvencia. Y también el primero, el de Valladolid aquí, que fue nuestra primera victoria. Y la jugada que más me dolió, el triple de Kevin que se sale contra Fuenlabrada y que nos daba el partido.
– Hablamos mucho de la implicación social de la ciudad. ¿Crees que aún hay margen de crecimiento ahí?
– Sí lo creo. Esto es como una empresa, como te decía antes. No podemos quedarnos estancados, hay que ir dando pasitos. Yo creo que no estamos al final de un camino, sino al principio. No quiero pensar en cuántos años vamos a disfrutar de la Primera FEB, sino en que esto es la parte de un viaje que no ha terminado.
– Le pregunto por la masa social para hablar del pabellón, que no puede dar mucho más de lo que ha dado este año.
– Este año ha habido muy buenas entradas, pero no ha estado a reventar. El día de las finales de LEB Plata, ese día sí estaba lleno, no cabía nadie. Este año ha habido muy buenas entradas pero no ha estado lleno.
– Quizás es la cara B de los abonos. Está bien abonar casi todo el pabellón pero, cuando la gente falta, quedan sitios vacíos.
– Cierto. Y el año que viene vamos a cambiar eso, con un sistema de liberación de asiento con recompensa para el socio.
– Pero volviendo al pabellón. Entiendo de lo que dice que, de momento, contentos en el Ángel Nieto.
– Eso es. Cuando a mí me preguntan si Zamora necesita un pabellón nuevo digo que sí, pero no un pabellón al uso, un espacio multiusos que ofrezca alternativas en la ciudad. Pero si hoy nos van a ver 1.300 personas, o 1.500, prefiero jugar en el Ángel Nieto, que da la sensación de ser una caldera porque está lleno. Otra cosa es si conseguimos que todos los días se queden 300 personas sin entrada, eso ya nos empujaría al cambio. Trabajamos en que la gente se tome el baloncesto en Zamora como un acontecimiento.
– El año que viene, más.
– Por supuesto.