Hidroversol Castilla y León, empresa con sede en Madrid, ha solicitado a la Confederación Hidrográfica del Duero el aprovechamiento de aguas superficiales para la empresa de producción de hidrógeno verde que plantea en la localidad de Coreses, que fue presentada a bombo y platillo hace ya tres años y de la que, de momento, poco se ha sabido. Sea como fuere, el Boletín Oficial del Estado publica la petición de la sociedad, que solicita utilizar agua del Duero para uso industrial. La cifra no es baladí: 31,70 litros por segundo. 114.120 litros cada hora; 2,73 millones de litros cada día (el equivalente a una piscina olímpica). 999,69 millones de litros al año (ocho veces más de lo que piden cada una de las dos plantas que se quieren establecer en Granja de Moreruela).
La situación la denunciaba la plataforma Aqua Nostra el pasado otoño y va camino de cristalizar en los términos en los que auguraba ese colectivo. La cuestión deriva de enero de 2022, cuando en Zamora se anunciaba que Coreses era parte fundamental del nuevo mapa del hidrógeno verde español, un mapa en el Zamora tiene en teoría mucho que decir pues por aquí pasa el gasoducto (que se convertirá en hidroducto) que discurre paralelo a la Ruta de la Plata y el futuro hidroducto H2MED. En Coreses se iban a invertir 400 millones de euros, se iba a dar trabajo a 80 personas y se iban a producir 30.000 toneladas de hidrógeno al año. El proyecto iba a estar listo en 2025.
El proceso de producción del hidrógeno iba a ser mediante hidrólisis, procedimiento por el cual el agua pasa por una corriente eléctrica para separar las moléculas de hidrógeno del oxígeno. «Estamos hablando de destrucción del agua utilizada», que después volvería al Duero. «Mientras, a nuestros agricultores se les restringen paulatinamente sus concesiones históricas de agua de riego y el uso de pozos», denunciaba Aqua Nostra. «Delante de nuestras narices están robando los derechos históricos de riego de nuestros agricultores, al tiempo que le dan los derechos de uso a los fondos de inversión privados», apuntan las mismas fuentes.
Proyectos con gran gasto de agua
Aqua Nostra habla además de los proyectos de producción de hidrógeno verde, en general. Proyectos que necesitan de grandes cantidades de agua dulce que van asociadas a permisos «donde la cuenca del Duero ya es deficitaria. Tenemos que ser muy críticos con la pérdida de biodiversidad y de impacto medioambiental que traen consigo estos proyectos de dudosa viabilidad, en aras al beneficio del sector energético y en detrimento del sector primario, de nuestra forma de vida y del mundo rural en su conjunto. Pero mientras tanto, hay un gran flujo de dinero público destinado a estos negocios», añaden desde la plataforma.
En Zamora, todos los proyectos de producción de hidrógeno verde que hay sobre la mesa hablan de grandes cantidades de agua. Polémicos fueron, por el lugar de donde quieren extraer el agua, los dos de Granja de Moreruela (uno de ellos ha conseguido que la CHD le apruebe la extracción del acuífero de Villafáfila y el otro está en trámite). En Corrales del Vino estaría la productora de hidrógeno asociada al proyecto «Sexmil», el más importante de los planteados hasta ahora en Zamora, con molinos en Tierra del Vino y Sayago y miles de placas en los pueblos de la zona. Esta planta necesitaría el equivalente a una piscina olímpica cada dos días.
«Estamos en un contexto de piratería, donde los fondos de inversión mandan y las administraciones obedecen, cambiando el uso del suelo agrícola por industrial, alegando utilidad pública», concluyen desde Aqua Nostra.