Daniela, Martín y Lucas van a quinto de Primaria, pero ya manejan unos cuantos conceptos que les permiten comprender mejor el mundo que les rodea. «Me sorprende que España y Portugal se unieran tan tarde a la Unión Europea«, apunta, por ejemplo, el segundo de ellos, que recientemente se acaba de familiarizar con todo lo que tiene que ver con la integración comunitaria y que ha ido entendiendo que el proceso nació en los 50, pero que los países de la península ibérica no se sumaron hasta 1986.
Uno pensará: ¿Qué le importa a un niño de diez años cuándo entró España en la comunidad europea? Y, sobre todo: ¿Por qué ese dato se le ha quedado grabado? La respuesta a la primera pregunta probablemente tenga que ver con la propia inquietud del muchacho; la réplica a la segunda, con la existencia de una plataforma llamada Magic School que los alumnos de su colegio, el Santísima Trinidad de Pinilla, vienen usando desde enero dentro de un proyecto de innovación educativa.
Por resumir, Magic School es una plataforma que permite que los niños y niñas creen guiones con inteligencia artificial. En la clase de Daniela, Martín y Lucas, eso está permitiendo grabar pequeños pódcast individuales con la temática que toque en ese momento. Unas veces es el Día de Europa, como la semana pasada; otras, la entrevista a un personaje medieval; también, abordar asuntos más áridos como la geografía y el medio físico.
«Nos estuvieron explicando cómo funciona Magic School», arranca Daniela que, como sus compañeros, no parece haber tenido demasiadas dificultades para descifrar los secretos de la herramienta. La niña simplifica el asunto: «Buscas información, le dices al chatbot que te cree un pódcast sobre el tema que quieras y te lo crea», apunta la alumna. El chatbot es un programa que simula conversaciones humanas. Es como la persona a la que le tienes que pedir lo que quieres. Y eso hacen los niños.
Los propios alumnos acotan el tiempo que necesitan para extraer un guion ajustado a sus necesidades. En este caso, de «dos o tres minutos». Luego, graban el audio con otro programa y lo entregan como otro trabajo más de clase. La gracia aquí es que no lo tienen que escribir de cero. Simplemente, se trata de tocar las teclas correctas para que la inteligencia artificial te ofrezca el texto que demandas: «No copiamos y pegamos, cambiamos algunas cosas», advierte Martín.
En total, el tema les puede llevar como una hora. La propia plataforma Magic School responde también a las preguntas que los niños formulan para extraer información. En este último caso, del Día de Europa: «Casi nadie de la clase sabía las cosas que hemos aprendido», insiste Martín. Y es que alguno podría pensar que este tipo de herramientas facilitan el ejercicio pero dificultan el aprendizaje. Y no. Los muchachos asisten esa mañana a una actividad sobre la Unión Europea en la Fundación Rei Afonso Henriques y exhiben un alto nivel de conocimiento.
Por ejemplo, Daniela tiene claro quién fue Robert Schuman y que su declaración sobre la creación de una Comunidad Europea del Carbón y del Acero dio origen a la celebración del Día de Europa. Aquello ocurrió en 1950, y la alumna creía que «había sido antes». Esa circunstancia también sorprendió a Lucas, que ha aprendido, gracias al pódcast, en qué contexto histórico se puso la semilla del proyecto comunitario.
Ha llegado para quedarse
Desde el punto de vista del profesorado, Luis de Mena explica que Magic School ofrece «una variedad tremenda de herramientas, como la creación de pódcast a partir de un guion preestablecido». El proyecto que tiene en marcha el colegio concluye en mayo, pero la idea es renovar la licencia para que la inteligencia artificial se consolide como apoyo al aprendizaje a partir del curso que viene.
«A mí me ha encantado porque la participación de alumnos con dificultades de aprendizaje queda súper bien integrada con herramientas como esta», añade De Mena, que subraya las posibilidades que ofrece a la hora de que la utilicen chicos y chicas con dislexia o con hiperactividad. «El truco está en la formación del profesorado y en darle un uso responsable. Esto ha venido para quedarse y hay que sacarle el máximo partido», zanja el docente.