La designación de los delegados de autoridad de los festejos taurinos abre un conflicto entre la Subdelegación del Gobierno en Zamora, por un lado, y la Junta de Castilla y León y la Diputación provincial, por otro. Después de que el subdelegado del Gobierno y el jefe de la Comandancia pidieran que se abriera la puerta a más funcionarios para ocupar las responsabilidades en los espectáculos taurinos populares, trabajo que durante los últimos años ha recaído de forma casi íntegra en los efectivos de la Benemérita, ahora son el delegado de la Junta y el presidente de la Diputación de Zamora los que defienden que los sean los guardias quienes sigan ocupando ese puesto, «como se ha hecho hasta ahora». Tanto Prada como Faúndez dicen no entender las razones que llevan a los representantes del Estado y de la Guardia Civil a decir que «ahora no se puede hacer lo que se lleva haciendo años» y aseguran que, detrás de esta situación, está la falta de guardias civiles en la provincia.
Fernando Prada, delegado de la Junta en Zamora, ha asegurado este jueves después de mantener una reunión con alcaldes de La Guareña que actuar como delegados de autoridad «sí está entre las competencias de la Guardia Civil». Con las quejas sobre la realización de estas atribuciones, puestas sobre la mesa por David Pulido, jefe de la Comandancia, lo que se evidencia es «una falta de efectivos de la Guardia Civil para atender las competencias que tiene en la provincia», apuntan las mismas fuentes. «Cuando la Subdelegación no propone a nadie para actuar como delegado de la autoridad dice expresamente que es porque no existe disponibilidad de agentes de la Guardia Civil», asegura Prada.

Para entender la cuestión hay que ir al fondo de las leyes que rigen los espectáculos taurinos populares en la comunidad. Todo espectáculo necesita un delegado de la autoridad para poderse celebrar, una persona que se encarga de funciones tan variopintas como la elaboración de actas, velar por la seguridad de los intervinientes o los animales o, en caso de que no se cumplan las exigencias del reglamento, suspender el festejo. El delegado de autoridad lo nombra la Junta, pero lo hace a propuesta de la Subdelegación del Gobierno y, en su defecto, del Ayuntamiento en el que se celebra el espectáculo. Los candidatos deben ser guardias civiles, policías nacionales, funcionarios de la administración del Estado y, en el caso de que proponga el Ayuntamiento, un funcionario de la administración local que no sea secretario-interventor. «El delegado no puede nombrar delegados de autoridad si no hay propuesta. No admito que se diga que es competencia de la Junta», aseguraba Prada.
Prada recuerda que si no hay delegado, no hay espectáculo, y lamenta la incertidumbre que se vive en muchos de los 72 pueblos que tienen espectáculos taurinos en la provincia de Zamora. «Esto es algo que solo pasa en Zamora», apunta el representante de la Junta, que subraya que en provincias «como León o Salamanca, el 100% de los espectáculos taurinos tienen presencia de guardias civiles» como delegados de autoridad. «Cada uno debe asumir las competencias que tiene establecidas, no podemos huir de ellas», apuntaba el delegado en referencia a la Subdelegación del Gobierno, para abogar después porque la Benemérita «siga llevando a cabo estas funciones» de forma generalizada.
«La punta del iceberg de la falta de efectivos»
El presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez, lamenta por su parte que la Subdelegación «deje caer que los guardias civiles se borran de ser delegados de autoridad, como lo han sido hasta ahora» y apunta, en la línea de lo dicho antes por Prada, que esto «no es más que la punta del iceberg de la falta de efectivos de la Guardia Civil en la provincia de Zamora». Anuncia además Faúndez que la Diputación «ofrece» a sus propios funcionarios para que realicen estas labores de delegados de la autoridad en los pueblos y que así, en la medida de lo posible, se espante el fantasma de la supresión de festejos. Los funcionarios de la Diputación estarían habilitados para llevar a cabo estas funciones como trabajadores públicos de una administración local, tendrían que ser propuestos por los Ayuntamientos que organizan los festejos y serían estos quienes corrieran con unas dietas que se han establecido en 120 euros por jornada y 0,26 euros por kilómetro de desplazamiento, cantidades en las que los alcaldes parecen estar de acuerdo. Es una medida como la que propone la Subdelegación, que insiste en que exista algún tipo de contraprestación para que los funcionarios se animen y realicen estas funciones.
La Diputación y la Junta plantean una reunión, posiblemente la próxima semana, con la Subdelegación del Gobierno para «arrimar todos el hombro» y garantizar que los espectáculos taurinos, parte esencial de las fiestas de un buen número de pueblos, se lleven a cabo como cada año. «Tenemos que estar al lado del mundo rural», ha concluido el presidente de la Diputación de Zamora.