En el marco de la sede de la Fundación Rei Afonso Henriques (FRAH) en Zamora, casi un territorio neutral para portugueses y españoles, una representación de los empresarios de Castilla y León ha mantenido un encuentro con otro grupo de líderes de negocios del norte del país vecino. Todo, con una premisa por delante: «Necesitamos un plan conjunto», ha admitido el responsable del colectivo luso, Alexandre Almeida, en una frase compartida por los demás intervinientes y que condensa lo que hay detrás de la cita que se ha celebrado este miércoles.
El evento, que ha consistido en una serie de ponencias y mesas de trabajo, aspiraba a reunir en una sala a las personas capaces de impulsar un verdadero proyecto de colaboración a nivel privado dentro del ámbito transfronterizo. Y así ha ocurrido, con el respaldo también de dirigentes públicos como el consejero de la Presidencia de la Junta, Luis Miguel González Gago, o el presidente de la Diputación, Javier Faúndez, junto al vicepresidente de la Región Norte de Portugal, Jorge Sobrado.
En la atención previa a los medios de comunicación, uno de los encargados de poner voz a toda esta declaración de intenciones ha sido el presidente de la CEOE-Cepyme en Castilla y León, Santiago Aparicio, que como organizador principal de la cita ha subrayado la importancia de «dinamizar la economía de las dos partes de La Raya». «Tenemos por delante unos retos importantes en los que debemos trabajar», ha constatado.
Aparicio ha citado las colaboraciones «en materia económica, cultural o de empresa». «Creo que no merecemos que eso se pierda, porque nos da riqueza a las dos partes», ha insistido el responsable de la CEOE antes de cederle la palabra al consejero González Gago, que ha reivindicado el crecimiento económico de la comunidad por encima de la media de España y que ha asegurado que Castilla y León presenta datos que han de «ilusionar» a las empresas que pretendan instalarse.
El consejero de la Presidencia ha recalcado igualmente la pertinencia de colaborar con Portugal, en aras de potenciar el impacto de los fondos europeos, y ha recordado que Castilla y León tiene iniciativas en marcha como los llamados centros de innovación social, uno de ellos en Puebla de Sanabria, o el plan de La Raya que Alfonso Fernández Mañueco ha de presentar en este mes de mayo.
Por su parte, Jorge Sobrado ha sostenido que esa colaboración entre Castilla y León y el Norte de Portugal «no es una utopía, sino una realidad», y ha incidido en la necesidad de sacar apuestas nuevas y proyectos comunes para reforzar la cooperación y hacer frente, de paso, a «retos y desafíos comunes» como la despoblación, el reto climático o la transición tecnológica.
O unión o «cada vez más viejos y aislados»
Finalmente, desde la Asociación de Empresarios Portugueses (AEP), su representante Alexandre Almeida, ha sido quizá el más contundente al señalar que los dos países están ahora más conectados que nunca, como se vio en el apagón de la semana pasada: «Tenemos que reforzar las cadenas de valor transfronterizas para que las empresas encuentren socios y posibilidades de compraventa», ha añadido.
Para Almeida, o se pone en marcha un plan de desarrollo conjunto o, al final, ambos lados van a «morir continuamente pobres, cada vez más viejos y aislados».