La reforestación de la Sierra de La Culebra no termina de arrancar. Casi tres años después de que ardieran 60.000 hectáreas de monte, los planes de reforestación no acaban de poner sobre la mesa la millonaria inversión anunciada y el monte, como en la zona preveían, está regenerándose solo en amplísimas áreas de terreno. La inversión de Medio Ambiente, de momento, no llega a la zona.
El plan piloto de reforestación, que se iba a llevar a cabo en la zona conocida como El Casal (entre Abejera, Tábara y Ferreras de Arriba) finalmente no se hará ahí, lo que no hace otra cosa que ralentizar aún más el proceso. Fue el propio delegado de la Junta, Fernando Prada, el que aseguraba hace unas semanas que en una zona de más de 50 hectáreas se plantarían varias especies para estudiar cuáles eran las más idóneas para la repoblación pero que se priorizaría la «regeneración natural» del monte. Un gran cambio desde aquellas promesas millonarias (de hasta 50 millones se habló) que iban a empezar a llegar en la primavera de 2024. No llegaron y ahora la apuesta es esperar a ver cómo responde el monte por sí mismo.
Tampoco llegarán las inversiones en breve, prevén en la zona. Lucas Ferrero, portavoz de la asociación La Culebra No Se Calla, asegura que la parcela experimental se plantará finalmente en Ferreras de Arriba. «Se va a hacer ahí, dicen, pero todavía no han empezado a plantar nada». Difícilmente se hará a partir de ahora, puesto que la época de plantar árboles ha pasado ya. Como pronto, habrá que esperar a finales de otoño para poder sembrar algo si hay aspiración de que no se quede por el camino.
Por lo demás, se ha hecho realmente poco. Se pidió opinión a los ayuntamientos y Ferreras de Arriba, Villanueva de Valrojo y Villardeciervos pidieron que en sus montes comunales se plantaran castaños. «Se han plantado algunas hectáreas, pero son muy pocas». Tan pocas que «no se puede hablar de reforestación de la sierra», una catalogación que queda muy grande a las actuaciones que hasta ahora se han llevado a cabo.

Mientras, el monte se va regenerando, cierto. Pero lo va haciendo con pinos, muchísimos pinos, pues el terreno que ha quedado, con el fertilizante natural que es la ceniza, es propicio para ello. La Culebra No Se Calla pide a Medio Ambiente que empieza a plantear ya cómo será el monte del mañana y que no espere a los próximos años. «En diez años, esto va a estar igual que un bosque. Están creciendo muchísimos árboles. Lo que se ha dicho es que cuando midan algo más se meterán las máquinas para hacer las calles de entresaca. Pero es algo que se tiene que empezar a hacer antes», apunta Ferrero.
La labor de las asociaciones
Así las cosas, buena parte de reforestación está quedando en manos privadas. La propia agrupación de La Culebra destina buena parte de sus fondos a complar plantones que después se insertan en la tierra con sus propios medios, tanto mecánicos como humanos. Esté invierno se repartieron entre los ayuntamientos que lo pidieron y, sobre todo, entre particulares, 870 castaños que ya están plantados. De cara a octubre o noviembre hay ya comprados otros 1.500 plantones de castaño que también se están ofreciendo a particulares e instituciones públicas de la zona. Pero el dinero da lo que da. «La asociación tiene ahora 16.000 euros, nos ha llegado la factura de los castaños que vamos a plantar en otoño y nos han costado 6.000 euros. Esto es una inversión millonaria que los ayuntamientos no pueden hacer, y nosotros tampoco», reflexiona Ferrero. La asociación vecinal de Valparaíso, con los donativos que se sacaron del último festival Valparock, plantará otros quinientos castaños. Pero, de nuevo, con dinero privado.
La agrupación recuerda a los propietarios de terrenos privados de monte quemado que si quieren castaños no tienen más que pedirlos a la asociación. «En invierno mucha gente se nos ha enfadado porque dicen que no les hemos dado plantas, pero no nos las habían pedido. Nosotros las entregamos sin problema, solo pedimos una referencia catastral de dónde se van a plantar porque, al ser castaños, hay que darlos de alta. Pero nada más», apostillan desde La Culebra No Se Calla.