La realidad es tozuda y José Castedo, el presidente de la Asociación Española de Criadores de Ganado Ovino Selecto de Raza Castellana (ANCA), la admite sin tapujos: «La venta en esta feria es mínima». La gente viene, mira los ejemplares, curiosea y sigue su camino. Quizá, en su día, la cita de San Miguel en Carbajales de Alba iba de transacciones. Ahora tiene que ver más con el arraigo, con la tradición compartida. Desde los rediles hasta los puestos donde los negocios locales aprovechan para mostrar sus productos.
Las escenas que se ven en la pradera refrendan las palabras de Castedo. Por allí va un abuelo con los nietos a cuestas al pie de los machos de la raza castellana; por allá, un padre acude con su muchacha a la zona nueva de la feria, la de los burros zamorano-leoneses. En parte, esto se trata de que los niños se familiaricen con la ganadería de toda la vida, que aún resiste, aunque múltiples factores se alíen para boicotearla.

Esta vez han venido unos cien animales. Castedo incide en la pertinencia de valorarlo: «Hay que agradecer el sacrificio que hacen los que están. Tenemos que darle un empujón a la ganadería extensiva», recalca el responsable del colectivo de criadores. Con la castellana en particular, Zamora tiene un vínculo especial. Lo que resiste en España se acumula casi en su totalidad en la provincia. Lo que sucede este 3 de mayo en Carbajales de Alba no se puede reproducir en otro lugar.
De hecho, los carteles con los pueblos de donde proceden los ganaderos son reveladores: Sesnández, Ferreruela, Puercas, Bermillo de Alba, Muga, Manzanal del Barco, Carbajales… Todo está en un puñado de kilómetros a la redonda. También son de la zona los negocios que dan forma al mercado que se encuentra en el interior del pabellón: madera, ropa, chocolate, vino, embutidos, un poco de bordado carbajalino y otra cosa casi tan típica como las prendas: el pan.

Todo el mundo quiere pan. O dulces. O empanadas. No se acierta a ver del todo. A eso del mediodía hay tanta cola frente al negocio de Susi que cuesta precisar qué pide la gente. El caso es que las mujeres que despachan no paran, mientras del otro lado las gentes que acceden al recinto se quedan absortas con la música y el baile de los miembros de las Aulas de Música de Aliste y Trás-os-Montes. La gaita suena mientras los técnicos deciden. No hay que olvidar que, en San Miguel, también hay premios.
Quienes se los llevan son los ganaderos que han traído a los mejores machos de raza castellana. Se valora la morfología. Y la mejor, en conjunto, es la de las ovejas de Jesús, de Bermillo de Alba. Eso sí, el ejemplar de mayor valor llega de Puercas. Los demás se tienen que conformar con el resto de premios, a la espera de probar suerte de nuevo en 2026, en la cita de Carbajales con el arraigo.
Lista de premiados
Premio al mejor lote: Jesús González Lobo, Bermillo de Alba.
Premio al mejor ejemplar: Cristian López Antón, Puercas de Aliste.
Segundo premio al mejor ejemplar: Jesús González Lobo, Bermillo de Alba.
Tercer premio al mejor ejemplar: Hermanos Fernández Sardá, Carbajales de Alba.
Cuartos premios al mejor ejemplar: Antonino Andrés Pascual (Sesnández), José Daniel Serrano Anta (Manzanal del Barco), Vidal Casas Martín (Carbajales de Alba, dos galardones) y José Antonio Fínez Mayo (Ferreruela, dos galardones).