– Que salga La Despedida.
La primera caída son los servicios públicos, la tercera preocupación de los zamoranos según las encuestas. La sanidad, con un modelo que apenas ha variado en los últimos cuarenta años, que no se adapta en muchas zonas a las características demográficas de la provincia. Los consultorios de los pueblos abren a cuentagotas y la falta de profesionales ha generado un círculo vicioso que trae una sobrecarga de trabajo para los que están y la huida de especialistas a otras regiones. Faltan médicos en los hospitales y en los centros de salud. La lista de espera para la sanidad especializada está disparada, con más de 15.000 zamoranos esperando todavía a ser llamados. Las carreteras tienen baches, la fauna se cruza. Se celebra la instalación de un semáforo que hacía falta desde hace lustros mientras los años pasan y las obras de la autovía a Portugal no avanzan. Los cuarteles de la Guardia Civil reducen la atención al público cambiando el servicio por una furgoneta que va por los pueblos. Pocas cosas dan fuerzas para seguir y los anuncios sobre el futuro de Monte la Reina de momento son eso, anuncios.

– Que salga Jesús en su Tercera Caída.
La segunda preocupación de los ciudadanos es la segunda caída. Es la economía, el paro. La provincia sufre la falta de empleo de calidad por una falta de industria que es ya endémica. La agricultura lamenta las trabas burocráticas, el aumento del coste de los suministros y pelea en una lucha desigual contra los alimentos que vienen de fuera, hartos de unos pesticidas que parece que, al no usarse aquí, no contaminan. El empleo en el sector servicios funciona a temporadas. Las empresas a las que se dijo que el futuro estaba en la exportación tiemblan con cada anuncio de aranceles que suena en la radio. Los salarios no suben y las amenazas de huelga se solapan en las últimas semanas. Los pensionistas de Zamora son los que menos cobran, las buenas noticias macroeconómicas no se notan en el bolsillo de los ciudadanos, que sufren para llegar a fin de mes. Las pocas fuerzas para seguir las dan unos datos del paro que hablan de 8.800 zamoranos buscando empleo. Son muchos, pero menos que antes.

– Que salga la Virgen de la Amargura.
La tercera caída es el gran mal que sufre Zamora. La provincia se vacía, pierde habitantes por castigo, los jóvenes huyen, la edad media de los ciudadanos que aquí viven es la más elevada del país y las cifras de natalidad parecen no encontrar nunca el suelo en un camino al precipicio que ya dura demasiados años. Los pueblos languidecen, condenados a apagarse cuando la generación que ahora los habita llegue al final de sus días. Como Simón de Cirene hiciera con Jesús, la provincia necesita a alguien que le ayude a levantarse de esta tercera caída, que es la más dura. Zamora sola no puede con esta cruz, mira alrededor y no encuentra quien le ayude a levantar el madero. Las ayudas van para Soria, Teruel y Cuenca, y parece que funcionan. No llegan aquí y el reloj de arena se vacía cada vez más. ¿Será la muerte el final?

Adenda:
La Cofradía de Excombatientes de Nuestro Padre Jesús en su Tercera Caída, este era el primer nombre de la Hermandad, desfila por primera vez en 1942. Ligada al régimen franquista en sus orígenes, la cofradía fue fundada por un grupo de zamoranos excombatientes de la Guerra Civil Española y, según asegura la propia hermandad, uno de sus principales fines fue “el mantener los lazos de unión de los excombatientes dedicando un recuerdo constante a los caídos en el campo de batalla y contribuir al esplendor de la Semana Santa zamorana”.
La cofradía ha peleado durante años para desprenderse de las connotaciones negativas de su origen y por integrarse plenamente, como ha conseguido, en el siglo XXI. Este Lunes Santo, 14 de abril de 2025, un vecino de la calle del Riego ha decidido esperar al paso de la procesión con una bandera franquista que ha ondeado en su balcón durante la tarde y que estaba ya enrollada al paso del desfile. La bandera, bien visible, se ha instalado justo enfrente de la puerta de los juzgados. Esto no es bueno ni para la cofradía, que evidentemente nada tiene que ver con el asunto, ni para nadie. Esto no es Semana Santa.
