
En la pasada sesión plenaria del 27 de febrero, un contingente policial se congregó en el Salón de Plenos para mostrar su rechazo a un sencillo párrafo recogido en el documento mediante el cual se negocia el cuadrante que organizará, de forma individualizada, la estructura laboral de los trabajadores policiales.
Una sesión que, sin duda, dejó momentos para recordar, entre aplausos que insuflaban autoestima al ego frágil de algún concejal de la oposición que no sabe distinguir la diferencia básica entre «mantenimiento e inversión» y carteles varios entre los que destacaba alguno que pretendía resultar ingenioso pero que no pasaba de rancio.
La misma estampa se vivió el pasado viernes 21 de marzo, cuando decenas de agentes se concentraron en la Plaza Mayor para dar continuidad a sus legítimas protestas en la calle, acompañados de bombos, tambores y proclamas ya escuchadas en los mandatos pasados.
Pero… ¿Por qué protestan algunos de los trabajadores policiales? Dentro de la negociación del nuevo cuadrante, que mantiene -a petición de los sindicatos- una de las cuestiones más elementales como lo es el sistema de dos turnos en vez de tres (Zamora es una de las pocas ciudades donde se mantiene este), se incluye un párrafo que recomienda -no impone- tener en consideración la cobertura del servicio en función de las necesidades. De forma textual: «En la medida de lo posible en función de efectivos y necesidades, se recomienda tener en cuenta la cobertura del servicio necesaria para cubrir los que de manera habitual y previsible se producen a lo largo del año, que se pactarán con la Junta de Personal». Un párrafo que incluye un «en la medida de lo posible», un «recomienda» y un «pactarán» no puede considerarse impositivo.
Pero… ¿Hay recorte de derechos? La respuesta es clara, sencilla y contundente: No. Este párrafo pretende plasmar sobre el papel lo que ya es una realidad efectiva en el día a día, cada vez que surgen imprevistos o necesidades previamente no establecidas. Por otro lado, este no supone un incremento de las horas ordinarias de los trabajadores policiales, que de forma individualizada y pormenorizada aparecen recogidas en el cuadrante anual, desglosadas en días de trabajo, descansos y vacaciones. Todo trabajo extraordinario se percibe en forma de horas extraordinarias por las necesidades imprevistas que puedan surgir. Al contrario: A pesar de las diversas problemáticas enfrentadas -extensa y pedagógicamente explicadas-, es este equipo de Gobierno el que, junto a un extenso listado de otros proyectos, concluirá las obras que trasladarán a las nuevas instalaciones del edificio del Banco de España las dependencias de nuestra Policía Municipal, después de demasiados años en un espacio que, una vez se materialice el traslado, servirá de lugar de acogida a otro importante proyecto: El Museo de Baltasar Lobo.
Un traslado que mejorará significativamente las condiciones espaciales y laborales de los trabajadores policiales, en un emplazamiento idóneo debido a su proximidad a la principal arteria comunicativa de la ciudad (Cardenal Cisneros), y que se verá materializado una vez se ejecute la instalación de un transformador de alta tensión así como del mobiliario que se incluirá dentro de las nuevas dependencias (contrato sacado adelante por el concejal y servicio de Contratación en base a las peticiones y necesidades manifestadas por la Jefatura policial).
Al igual que el personal sanitario, que los trabajadores del servicio de limpieza o de otros servicios municipales (bomberos, abastecimiento, saneamiento, iluminación, semáforos…), los agentes municipales también son un servicio público esencial, elemental para garantizar la asistencia a los ciudadanos, y que pueden y deben ser mobilizados si las circunstancias lo requieren, dentro de un marco negociado, tal y como se viene produciendo.
En definitiva: No existe ningún recorte de derechos, así como es inexistente la imposición dentro de un marco de negociación abierto. No más deberes sin derechos, ningún derecho sin deber.