
Rosa María Arráez Betancort, Universidad Europea Miguel de Cervantes
Una máquina de escribir, cartulinas, regla, escuadra y cartabón para el diseño, un bloc de notas, la fotocopiadora en blanco y negro. Estos eran los instrumentos necesarios para crear el periódico del instituto en el siglo pasado, hace apenas 20 años. Hoy, los avances tecnológicos a nuestro servicio exigen una adaptación: el periodismo de instituto no está obsoleto y sólo debe adecuarse a los nuevos perfiles de público.
Los datos indican que los jóvenes entre 14 y 19 años no suelen leer los periódicos. En general, internet capta la atención de la ciudadanía mayoritariamente, incluidos los adolescentes, y cada vez se compra menos prensa de papel.
La tasa de penetración de los periódicos ha registrado en 2024 porcentajes mínimos y la tendencia indica que seguirá disminuyendo. Sin embargo, el uso de las redes sociales parece imparable y los jóvenes entre 15 y 26 años son sus máximos usuarios.
La importancia de un medio de comunicación en el instituto
No obstante, cuando hablamos de poner en marcha un periódico del instituto, no nos podemos limitar a la idea de realizar este proyecto en papel. La intención periodística y pedagógica que lo sustenta es la misma en soporte digital. De igual manera necesitaremos organizar equipos de redacción, distribuir áreas temáticas o realizar la cobertura de eventos o entrevistas a protagonistas.
Las capacidades de liderazgo, de trabajo en equipo, de toma de decisiones, de análisis, de desarrollo artístico o la importancia de la ética son competencias básicas adquiridas en la experiencia periodística en las aulas. Sólo se trata de aprovechar los nuevos medios de comunicación y conservar la esencia de esta actividad que permite vincular a estudiantes, familias, docentes y personal administrativo, creando comunidad.
Las redes sociales y el blog pueden aportar las mismas experiencias de pertenencia y aprendizaje a los adolescentes en el contexto actual. Y los centros escolares disponen o podrían disponer de ellos.
La producción de contenidos
Las generaciones que han crecido con acceso a internet y redes sociales están acostumbradas a textos escritos y contenidos audiovisuales cortos que crean y reciben a través de plataformas como TikTok, Instagram o WhatsApp: estas mismas plataformas pueden ser el soporte para mensajes relevantes y atractivos, periodísticamente hablando.
Con la supervisión docente, pueden realizar vídeos de corta duración (también de manera seriada), fotografías y textos breves, siempre aprovechando esta actividad para reflexionar sobre cómo contar asuntos de cierta complejidad mediante imágenes fotográficas o audiovisuales, palabras o incluso audios.
Alfabetización digital crítica
Los blogs educativos funcionan como visibilizadores de las competencias que adquieren los estudiantes. Originan espacios de comunicación ideales para el desarrollo de habilidades y actitudes propias de una nueva alfabetización tecnológica crítica, colaborativa y creativa. Se trata de escribir, de manera cronológica, textos con imágenes, vídeos, audios y enlaces multimedia.
Es en este soporte en el que podremos publicar una buena entrevista o reportaje con enlaces o hipervínculos en los textos. O pueden incluirse vídeos o audios en noticias, entrevistas o reportajes relacionados con los hechos que se narren. Para una mayor comunicación con los usuarios, cabrían experiencias inmersivas con las que experimentar lo que se trata de transmitir y en donde caben videojuegos educativos atractivos para la comunidad estudiantil.
Los blogs pueden ser muy interesantes y productivos también en el entorno universitario. Nuestro blog Vuélcate está destinado a toda la comunidad de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.
Seleccionar y discernir: tareas periodísticas
Para publicar en el blog del instituto, y en los canales de redes sociales que hayamos decidido habilitar para ello, es preciso que el alumnado aprenda a seleccionar los hechos noticiosos, siguiendo parámetros como el interés comunitario o la novedad, y las fuentes documentales y personales de las que servirse.
Una cuestión igualmente importante es enseñarles la relevancia de diferenciar entre los distintos géneros periodísticos (informativos, interpretativos y de opinión). No sólo de cara a la elaboración de contenidos desde una actitud responsable, sino como una manera eficaz de aprender a desechar bulos y alejarse de planteamientos seudocientíficos.
Las decisiones periodísticas que se tomen tendrán siempre en cuenta al público, entendiendo que las temáticas y el lenguaje abordados beneficiarán su desarrollo integral. Una vez que se comience a publicar de manera periódica, toda la comunidad educativa adquirirá hábitos de consumo de noticias y cultura, tanto general como del funcionamiento de la comunidad en la que aprenden.
El papel de los docentes
Se entiende entonces que se precisa profesorado conocedor de los nuevos medios de comunicación y de formatos como el vídeo, el audio o los vídeojuegos y sus lenguajes, así como de las rutinas periodísticas propias de la selección, tratamiento de fuentes y elaboración de géneros periodísticos. Previamente a la puesta en marcha de estos canales, se recomienda la organización de seminarios de formación con el alumnado en que se combinen distintas metodologías docentes como la resolución de posibles problemas y la configuración de una prueba inicial o número cero para su consecución exitosa.
Un profesorado de últimos cursos dispuesto a asumir riesgos, implicado y con las herramientas necesarias, conseguirá que la comunidad estudiantil se sienta parte crucial de su funcionamiento. Confiará en sus capacidades encomendándoles responsabilidades y aprovechará sus trayectorias o habilidades artísticas. Y puede que, de estas experiencias, surjan futuros periodistas.
De la interacción real entre docentes y alumnado, dialogando y participando sobre la propuesta de temas y su ejecución posterior, y haciendo también periodismo para todos, crecerá una relación de respeto mutuo que favorecerá entornos educativos más pacíficos. Y la práctica de este periodismo en ciernes nos ayudará a entender la relevancia de esta profesión sin la que no puede existir una sociedad democrática.
Rosa María Arráez Betancort, Profesor de periodismo especializado y radiofónico, Universidad Europea Miguel de Cervantes
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.