– Trabajar… Trabajar aquí trabaja el alcalde, la alguacil… ¿Y yo creo que ya, no?
– En el pueblo sí, luego hay otro que anda por ahí.
Mediodía de un miércoles. Bar de Molezuelas de la Carballeda, donde «el milagro es que siga abierto». Un vecino apura el vino mientras habla por teléfono a la puerta, otro da vueltas al café sentado en una esquina de la barra y tres más echan el rato apurando la caña de cerveza y la tapa de callos, uno vecino del pueblo y dos de fuera. Cinco personas en total sin contar a la camarera, que no vive en el pueblo pero sí trabaja allí. Y que, en ese momento, es la única fuerza laboral que hay en el local. Los cinco del otro lado de la barra son pensionistas.
Molezuelas de la Carballeda es el pueblo con la media de edad más elevada de la provincia con la media de edad más elevada de España. En el total del país, la edad media de los residentes es de 44,37 años, según los datos del censo de población con fecha de 1 de enero de 2024. Castilla y León es la segunda autonomía con el dato más alto, con 48,49 años de media; y ahí destaca Zamora, con 51,80 años de edad media de su población, la provincia más envejecida del país y única junto con Ourense, Lugo y León, que supera la barrera de los cincuenta años. En Zamora, los 70,96 años de media de Molezuelas de la Carballeda no encuentran comparación. Sirva esto para imaginar que el ambiente del bar, al mediodía de una jornada laborable, no es frenético.
Javier Gallego es uno de los vecinos que en ese momento se encuentra en el bar. Jubilado desde hace cinco años, es uno de los causantes de que el pueblo haya recuperado una pequeña asociación cultural que anima a los vecinos a salir de casa, a «hacer comunidad» cuando más se necesita, en los largos meses de invierno, cuando en Molezuelas viven poco más de cuarenta personas, si es que llega, porque algunos dicen que no pasan de las 35. «La creamos entre Silvia», la alguacil, «y yo cuando el bar estaba cerrado», hace unos meses, «para tener un sitio al que salir, por lo menos, a echar la partida», apunta el vecino.

Manuel Gallego asiste a la conversación desde la esquina de la barra. Es el padre de la mencionadísima alguacil el pueblo, Silvia Gallego, y de otro hijo que emigró. «¿Nosotros, el pueblo más viejo?», pregunta primero sorprendido, pero los otros parroquianos le hacen entran en razón. «Si aquí de menos de sesenta están cuatro, Manuel». La relación empieza y acaba en menos de lo que dura un sorbo. El último nombre que se menciona es el de una vecina prejubilada. «Esta es joven», apuntan.
Muy por debajo de la media, con 54 años a sus espaldas, está el alcalde del pueblo. Es Alexandre Bertín Satue que, casualidades, entra al bar mientras los vecinos comentan, entre chascarrillos, la recién recibida información de su pueblo como el más viejo de la provincia. El regidor municipal es del PSOE y es hijo del pueblo, pero ni siquiera está empadronado aquí. Vive en Irún, donde regenta varias tiendas de lencería, y nació en Francia, a donde emigraron sus padres, como tantos otros vecinos de Molezuelas de la Carballeda en la primera mitad del siglo XX. Pasa la vida a caballo entre Euskadi y Zamora. «Necesito a uno para descansar del otro», asegura con media sonrisa.
El alcalde asegura que en el pueblo no hay más trabajo que el que da el bar y el que puede dar el Ayuntamiento gracias a los planes de empleo, «porque si no, ni eso». No hay tiendas, ni negocios de ningún tipo. «No han llegado las casas rurales, y que no lleguen, aquí la gente quiere vivir tranquila». Las perspectivas de población son las que son, aunque Bertín Satue sí tiene controladas a un par de familias «que se van a jubilar próximamente, que tienen casa en el pueblo» y que ya empiezan a manifestar su intención de volver. «A ver si así nos vamos manteniendo», asegura con resignación.

El pueblo, como tantos de la Carballeda y de Zamora en general, revive en verano. «Ahí habrá bien más de 150 personas en el pueblo», un bullicio inusual. «Es complicado, pero nosotros intentamos con nuestro trabajo hacer comunidad en el pueblo. Muchas más cosas no podemos hacer, ten en cuenta que tenemos muy poco presupuesto, no tenemos ni para hacer obras», lamenta el alcalde. «Queremos que la gente que está aquí, al menos, esté bien». La actividad social aumenta en verano, cuando la llegada de hijos del pueblo revitaliza algo la zona. «Este año tenemos bar y se va a notar», argumenta el regidor municipal. «Además, hay una persona del pueblo que vive en Francia y todos los años instala una foodtruck para los vecinos».
En Molezuelas, siete de cada diez vecinos censados tienen más de 65 años. 32 de un total de 46 personas inscritas en los documentos oficiales, de nuevo según el censo referenciado a 1 de enero del año pasado. En el extremo contrario de la pirámide, la nada. Solo un vecino censado tiene menos de veinte años. «Será el hijo de alguno», aseguran los del bar, que no tienen constancia de la presencia de personal de tan joven edad. Del último nacimiento en el pueblo no se acuerdan ni los más veteranos del lugar.
Los que siguen en la lista
A mucha distancia de Molezuelas de la Carballeda están los siguientes pueblos más envejecidos de la provincia. Mahide, Arrabalde, Santa María de Valverde, Morales de Valverde, Prado y Vallesa de la Guareña son las otras localidades en las que más del sesenta por ciento de los vecinos sobrepasan la edad legal de jubilación. En el extremo contrario están Morales del Vino, Valcabado, Roales, Monfarracinos y Arcenillas, que es el pueblo con menos jubilados entre sus vecinos.