El «ganadero okupa» que revuelve a los vecinos de Molezuelas de la Carballeda: «Nos cerca los caminos, no podemos ni ir con los coches»

Los particulares, así como el propio Ayuntamiento, cursan denuncias contra un vecino que "se está aprovechando de terrenos públicos y privados sin permiso ninguno"

por Diego G. Tabaco
Un camino, cercado con un pastor eléctrico. Foto Emilio Fraile

En Molezuelas de la Carballeda viven en invierno menos de cuarenta vecinos y, últimamente, tienen solo un tema de conversación: «el okupa». Varios vecinos del pueblo a título individual, así como el propio ayuntamiento de la localidad con su alcalde a la cabeza, Alexandre Bertín Satue, han presentado ya varias denuncias ante los juzgados y ante la Guardia Civil por lo que consideran un uso ilegítimo de los terrenos comunales del pueblo y de varias fincas privadas, ocupadas, aseguran, por un ganadero de extensivo que tiene unas doscientas vacas en el término municipal del pueblo.

Por partes. El ganadero, llegado de Salamanca, según relata el alcalde, solicitó al pueblo el aprovechamiento de los terrenos comunales de la localidad para instalar allí una explotación de vacas. «No tiene relación con el pueblo, compró una nave y una casa y se empadronó aquí», asegura el regidor municipal. Los vecinos, en reunión, decidieron no autorizar el uso de los terrenos que son propiedad del pueblo. Una decisión comprometida pero que el alcalde considera al amparo de la ley porque el solicitante, aunque empadronado en el pueblo, «no tiene ascendencia aquí y no tiene arraigo ni más interés que empadronarse para poder usar las tierras, y eso no es legal».

Un repaso a la jurisprudencia alimenta la controversia entre los vecinos, que no tienen en el bar otro tema de conversación. El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, en sentencia del 16 de enero de 2004, establece que «para los no nacidos» en el pueblo, es decir, «los que no tengan ascendencia» como recuerda el alcalde, debe exigirse «prueba de arraigo formal» más allá del empadronamiento efectivo, al que tienen derecho todas las personas por el hecho de poseer una vivienda en la localidad. «Es una exigencia, que puede ser optativa, a efectos de determinar las personas con derecho a aprovechamiento» de los terrenos.

Una de las vacas, en el medio de un camino. Foto Emilio Fraile

La sentencia es una interpretación de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, que indica que, si bien los ayuntamientos pueden exigir arraigo, «es suficiente con estar empadronado en el municipio para poder gozar del uso y disfrute del bien comunal, ya que el padrón acredita una residencia real y efectiva a lo largo del año». El alcalde se queda con la versión judicial. «Lo contrario abre la puerta a que venga aquí gente de cualquier sitio y aproveche unos terrenos que siempre han sido del pueblo».

Un conflicto vecinal en ciernes

En este caso serán los juzgados quienes decidan, pero el asunto va camino de convertirse en un conflicto vecinal importante. Según relatan algunos afectados, el ganadero estaría «vallando parcelas privadas sin tener permiso» para hacerlo, pone a las vacas a pastar en terrenos comunales que le han sido denegados e incluso está «vallando caminos que son públicos» y en los que, para circular, hay que retirar primero el cercado eléctrico que está colocado impidiendo el paso (como ha podido comprobar in situ este periódico). «Ayer tuve que quitar la valla para poder entrar a por leña a mi parcela, y todavía la tengo que poner porque si se escapan las vacas, me van a echar la culpa a mí», relata un vecino.

En el pueblo indican que el ganadero «okupa» estaría vallando terrenos «por las noches», cuando nadie puede verle. «Aquí vienes por la mañana y te encuentras con que está vallado un camino que ayer estaba libre», asegura el alcalde, que reconoce algún encontronazo en las últimas semanas. Es complicado saber la extensión de terreno que se estaría disfrutando sin el permiso del pueblo, «porque valla y desvalla terrenos continuamente», pero se estima en unas cincuenta o sesenta hectáreas repartidas en cuatro puntos distintos del término municipal de Molezuelas de la Carballeda. «Cuando se presentó dijo que necesitaba doscientas hectáreas. Ahora tiene 158 vacas, pero quiere meter 400», dice el alcalde.

El problema del agua

La zona que más problemas da es la que está en la parte baja del pueblo, a la izquierda de la carretera según se circula desde Rionegro del Puente en dirección a El Cubo de Benavente. Ahí pastan varias decenas de vacas junto a un arroyo, el arroyo del Valle, que es a la postre el que da de beber a los vecinos del pueblo. Las aguas corren hasta la captación, que se encuentra ahí, y el agua se bombea después al depósito, que está ya en la parte más alta de la localidad.

Captación de aguas de Molezuelas de la Carballeda. Foto Emilio Fraile

Es la única captación de agua que hay en Molezuelas habida cuenta de que la otra que existía, que ha servido durante años de punto de suministro, se cerró porque había presencia de cromo, lo que hacía imposible su consumo por el ser humano. De momento, dice el alcalde, no hay problemas, pero desde que las vacas pastan junto al arroyo se puede ver que el nivel de nitratos en el agua que se consume en el pueblo no deja de subir. Todavía está lejos de los 50 miligramos por litro necesarios para considerar el agua contaminada (el último recuento ha dado 18), pero la tendencia es al alza. «Antes de las vacas, no daba más de seis miligramos por litro nunca», concluye Alexandre Bertín Satue.

La situación, desagradable para todos, se viene produciendo en Molezuelas desde el mes de mayo sin que haya perspectivas de una rápida solución. Los hechos están puestos en conocimiento de las autoridades, «el Seprona viene constantemente a sacar fotos de los nuevos cercados», pero tiene que ser un juez el que ordene levantar el vallado y retirar a las vacas o el que permita que se queden, algo que de momento no ha sucedido. «A este paso, nos quedamos sin término», lamenta un vecino.


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