Fuera, la lluvia; dentro, las ofertas y los comerciantes dispuestos a echar el sábado en Ifeza. La decimoctava edición de la Feria del Stock congrega este sábado a veinte tiendas y a ocho concesionarios que aspiran a que los bajos precios les permitan dar salida a un género o a unos productos que se habían atascado en sus establecimientos habituales. Las oportunidades están al alcance.
Entre los negocios que han decidido plantar el puesto este 8 de marzo en el recinto ferial está Moda Belén. Esta tienda tiene una particularidad: se encuentra en el medio rural. Concretamente, en Morales de Toro, donde la mujer que le da nombre al establecimiento, de apellido Segovia, trata de tirar hacia delante con su oferta multimarca.
Eso es lo que ha traído también a la capital: «Estamos liquidando a cinco, diez o quince euros», explica la interesada, que ya acudió el año pasado y que señala su stand para mostrar la ropa de caballero o de mujer, el calzado y los complementos que ha transportado hasta Ifeza para ofrecer a un público nuevo, que no es el que suele estar en su día a día.
A su alrededor, en la sala más cercana a la entrada del recinto, todo son carteles con colores llamativos y precios pintados que tratan de captar la atención del cliente: «camisas a veinte euros», «camisetas a siete», «bolsos a tres». Ya a la hora de la inauguración, a eso de las once de la mañana, la gente empieza a ir cogiendo lo que ve. Si tiene ojo y fortuna, el ahorro puede ser importante.
«Un revulsivo»
«La feria es un revulsivo», admite, minutos después de la apertura, el responsable de la asociación zamorana de comerciantes (Azeco), Ruperto Prieto. Son los propios negocios los que demandan que este evento se siga organizando algo tras año, para poder «generar un poco de cash» tras un invierno en el que no siempre salen las cuentas.
La idea, además, es que la gente pueda pasar un rato agradable en el recinto, que pasee, que mire y que tenga un par de recursos por si se satura, quiere cambiar de actividad o viene con la familia. De ahí el bar por un lado y los hinchables por el otro. «El caso es venir y aprovechar la oportunidad», remacha Prieto. El día de lluvia puede ayudar. Al menos, en Ifeza, se puede cerrar el paraguas.