«¡Aquí estamos las feministas!». Todavía no han dado las ocho, el frío aprieta y falta gente por llegar, pero las mujeres que han acudido a manifestarse por el 8 de marzo ya advierten de lo que toca: mensajes reivindicativos para que nadie olvide los motivos de la lucha. Poco a poco, el entorno del miliario de la Marina va cogiendo color morado. Por ahí aparece un grupo, desde esa esquina se ve otro. Son más que otros años. No llega a lo de 2019, pero sí se percibe un fortalecimiento.
Con ese empuje, parte la comitiva. Primero, con el respaldo de una charanga; más tarde, solo con las voces de las mujeres que viajan tras una pancarta en la que se puede leer «El grito necesario». El viento levanta los carteles, pero no apaga las voces, y las manifestantes siguen rugiendo por Amargura, Tres Cruces, la Plaza de Alemania, Alfonso IX y Santa Clara.

Las mujeres reclaman que la vergüenza cambie de bando, que caiga el patriarcado, que venza el feminismo. También advierten de que las calles y las noches son suyas igual que de los hombres, de que no van a ser ni sumisas ni pasivas, sino «combativas», y de que se va a imponer «el poder popular».
A la entrada de la Plaza Mayor, ya se puede percibir que la respuesta ha sido superior a la de los años anteriores. En 2024, fueron 300 entre la intensa lluvia; en 2023, unas 500. Esta vez, en torno a mil. Todas se quedan para escuchar el himno feminista que se proyecta en la pantalla mientras Lola Estévez agarra el micrófono para el discurso. Atentas a sus palabras, asistentes de todas las edades, con o sin filiación. La voz es única esta vez, sin polémicas.

Estévez arranca con una reivindicación sobre los derechos peleados, no regalados, y recuerda a quienes las precedieron en la lucha: «Si hoy votamos, cobramos, podemos practicar deportes o somos campeonas de Europa como Ana Peleteiro es porque hubo mujeres que no se conformaron con lo que les tocaba», remarca la portavoz, que destaca los avances legislativos, los protocolos o la elección libre sobre la maternidad.
«Menos postureo»
Ahora bien, la representante de la Coordinadora Feminista también alerta de los «tiempos difíciles y reaccionarios» que tocan y de los «claros intentos» por devolver a las mujeres al redil. Estévez aclara que habrá pelea contra el patriarcado y exige ayuda: «Señores políticos, basta de legislar y que quede en papel mojado. Menos postureo y más compromiso», demanda.
Ya en el cierre del acto, la portavoz desliza que no valen «las posturas tibias» y mira a las mujeres para señalar: «El cambio está en nuestras manos. Estamos unidas en la lucha feminista». Ahí queda el mensaje. En esta ocasión, con más voces para jalearlo y más oídos para escucharlo.
