«Fue un día duro, pero hemos de dejar de humanizar a los animales y pensar que lo que se vivió fue un hecho natural». Alfonso Rodrigo es miembro de NaturZamora y una de las personas que más tiempo de su vida habrá dedicado a Brisa, la hembra de halcón peregrino que anidó el año pasado en lo alto del edificio de los Nuevos Ministerios y que murió el pasado miércoles por las heridas provocadas por el ataque de otra rapaz de su misma especie. Él la ha seguido por Zamora, conocía sus atalayas favoritas, subió a la azotea del edificio de la Junta cuando parecía que el animal estaba en las últimas y la encontró, ya muerta, en el patio interior de un bloque de edificios cercano a la Ciudad Deportiva. Y es una de las voces más autorizadas para poner contexto a la pelea del pasado martes por la noche.
«Brisa ha muerto como tiene que morir un halcón. Con una edad adulta, cuatro años, y luchando por su territorio. No ha muerto electrocutada con un cable, ni de un disparo ni con el aspa de un molino», apunta Rodrigo en conversación con este periódico. «Ha tenido una muerte natural, porque morir en una pelea de este tipo es natural entre halcones». Lo que se ha podido ver, por primera vez en directo gracias a la cámara instalada por SEO BirdLife, es un proceso en el cual el dueño del nido, que es el macho, es en cierta medida quien provoca la pelea entre las hembras. Durante semanas Viento ha ido llevando comida al nido y llamando a Brisa y a Tromba (así se ha bautizado a la nueva dueña de la caja), alimentando tanto el estómago como la rivalidad entre ambas.
De hecho, explica Alfonso Rodrigo, en las últimas semanas se han visto ya peleas de las dos hembras a cielo abierto. Lo que sucedió el martes es algo más raro de ver, porque normalmente las luchas entre los halcones no acaban en muerte. La rapaz que pierde abandona la zona, pero en esta ocasión Brisa «estaba comiendo» de espaldas a la salida del nido y la invasora la pilló desprevenida, hostigándola durante horas y provocándole severas heridas. La situación parecía de tal gravedad que las personas que subieron al edificio a medianoche (el propio Alfonso y personal de la Junta de Castilla y León, entre ellos un veterinario para intentar practicar una primera cura en caso de que fuera posible) lo hicieron pensando en recoger el cadáver y recuperar el GPS que tenía a la espalda antes de que Tromba se lo llevara lejos. Al ver a los visitantes la agresora salió volando y Brisa, viendo la puerta del nido sin custodiar, planeó unos 500 metros hasta donde finalmente murió.
Las próximas semanas
Lo que se espera ahora es que la nueva pareja procree, pues es posible que Tromba esté ya grávida (a punto de poner huevos), aunque es pronto para asegurarlo. «Lo que hay que entender es el proceso que hay detrás de esto. El macho busca mejorar la genética de la especie, por eso elige de entre las hembras a la que sea más fuerte. Y en esta ocasión no ha sido Brisa». La nueva hembra tiene, a juicio de los expertos, una «muy buena pinta» y se la prevé capaz de «sacar una buena descendencia».

Viento, por su parte, se ha consolidado como un cazador experto capaz de alimentar a varias hembras a la vez, por lo que no se le prevén problemas a la hora de alimentar a la pollada. Esto teniendo en cuenta, como se puede ver en las imágenes de la cámara, que le faltan dos dedos de la pata derecha. «Aún con eso, es muy buen cazador», celebra Rodrigo. Tromba, por su parte, presenta todavía algunas heridas que, se espera, cicatricen. Tiene algo de sangre y cojea de una pata.
Las disputas por el nido son comunes en las aves rapaces, que defienden su territorio exponiendo su vida, como se ha podido comprobar. En los últimos meses NaturZamora ha controlado hasta a siete halcones diferentes que se han interesado por el nido. Todos se fueron, huyendo de disputas, al ver que estaba ocupado. Solo se interesó de verdad Tromba, la que ahora es dueña de la zona. Solo queda observar y comprobar si la nueva pareja es capaz de procrear, algo que Viento y Brisa ya sí hicieran el año pasado al empollar a Madrigal y Urraca.