Pertrechados con gorras, bufandas, paraguas y con todo lo que se haya podido encontrar en el armario. Más de quinientas personas procedentes de la mayoría de las comarcas de la provincia de Zamora han desafiado en la mañana de este domingo al frío y a la nieve que ha llegado a caer en la capital para expresar su repulsa a las plantas de biogás que planean instalarse en varios puntos de la provincia de Zamora. Han acudido manifestantes de Jambrina, de Cuelgamures, de El Cubo del Vino, de El Maderal, de San Cebrián de Castro, de Tábara, de Sayago o de Pajares de la Lampreana, entre otros sitios. Mucha Tierra del Vino y una nutrida representación del Tera, Tierra de Campos, Aliste y Sayago, en definitiva.
Los manifestantes han recorrido el trayecto entre Viriato y la plaza de La Marina para denunciar ante la sede de la Junta el «ninguneo» al que se ven sometidos por parte de la administración regional. Casi dos meses han pasado desde que se celebrara la primera manifestación contra el biogás por las calles de Zamora, un tiempo que ha servido para que el movimiento social coja fuerza pero no para recibir respuestas satisfactorias por parte de los responsables regionales, ni en Zamora ni en Valladolid. Jenaro Leal, uno de los representantes de la plataforma, lo tiene claro. «La conclusión que sacamos es que estamos solos. Los que habitamos el territorio tenemos que ser los que paremos el desarrollo de esta industria, no nos van a ayudar. Las administraciones», lejos de posicionarse a favor de las protestas, «son las que están promoviendo que estas empresas se asienten».

A Stop Biogás Zamora ya no le sirve paralizar los proyectos en lo que se elabora y publica el Plan Regional del Biogás. «Ni queremos esa ley ahora ni la vamos a querer. Queremos que las plantas de biogás queden relegadas a las estaciones depuradoras de aguas residuales, como hasta ahora. Pensamos que otra gestión de residuos es posible» y no se hará «recibiendo en nuestras tierras los desperdicios de la agricultura industrial», contra la que también se ha protestado este domingo.
«No pueden vendernos esto como la solución al tema de los purines cuando, a la vez, se dan licencias sin control a las macrogranjas» en Zamora y en otros territorios, explican desde la plataforma. El colectivo pide, además, certezas y que acabe la opacidad que en muchas ocasiones envuelve a este tipo de proyectos. «En realidad, no sabemos cuántos hay en marcha en Zamora, creemos que son unos doce». Complicado afinar más porque «la Junta ha llegado a hablar de cuarenta proyectos en Zamora y luego ha dicho que solo son nueve. Ni las propias administraciones saben lo que tienen entre manos», concluye Leal.

La manifestación ha discurrido entre las consignas que poco a poco van convirtiéndose en familiares («Zamora, despierta, la mierda está en tu puerta» o «Con el biogás, no podemos más») y ha concluido con la lectura del manifiesto en la plaza de La Marina. Han participado formaciones políticas (IU, Ahora Decide o UPL) y grupos ciudadanos como el Movimiento por la Sanidad Pública, La Culebra No Se Calla y la Plataforma Otra Vez No en Sayago. Y es que los manifestantes encuadran la expansión del biogás en el mismo marco que la reducción de servicios públicos: Zamora como «provincia de sacrificio, sin servicios y abandonada a su suerte, en manos de la gran industria».
«Todas las comarcas están afectadas»
Inciden los convocantes que «todas las comarcas zamoranas se verán afectadas de una manera u otra por gigantescas plantas generadoras de energía que apenas dejarán espacio ni condiciones habitables para continuar viviendo en ellas». Nadie, insisten, «tiene legitimidad para transformar el destino de una provincia» salvo «sus propios habitantes, que de una manera u otra tienen vínculos con ella. El agua, el aire y la tierra no pueden ser expoliados en aras de un engañoso fin común que empobrecería nuestra tierra para siempre».

«Resulta imprescindible la unión provincial para aunar fuerzas, una unión que nos lleve a ser respetados como territorio para exigir que se nos tenga en cuenta a la hora de tomar decisiones que afectan a nuestro presente y a nuestro futuro, exigiendo además que se atienda a nuestras necesidades y reclamando los servicios de los que se ha ido despojando a nuestra tierra», concluyen los manifestantes.