En las entrañas del Centro Integrado de Formación Profesional (CIFP) Ciudad de Zamora, en el antiguo CEI, un grupo de unos cuarenta alumnos accede a la zona del gimnasio. Todos van vestidos de faena, listos para entrenar. Más bien, para practicar el entrenamiento. Eso no es algo especial. Todos ellos se encuentran en alguno de los dos cursos de los ciclos superiores de Enseñanza y Animación Sociodeportiva o de Acondicionamiento Físico. El deporte es su día a día, aunque lo de este martes se sale algo más de la rutina.
En la sala por la que se distribuyen como pueden los alumnos, están sus profesores habituales, pero también varios maestros que vienen de fuera. Concretamente de La Moraleja o de La Finca, los gimnasios madrileños de la empresa «Crys Dyaz & Co». En este día cualquiera de febrero, la batuta de las clases la llevan ellos. Se trata de mostrar un caso de éxito, y la manera de enseñarlo incluye la teoría y la práctica. Los entrenadores atienden a cada pupilo, hablan, se explican en privado. Hoy, quien escucha es el que mañana tendrá que ser oído.

Esta formación está dentro de un proyecto llamado «Activa2», una iniciativa financiada por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes y el Fondo Social Europeo a través de la Junta de Castilla y León, y que aspira a que el alumnado profundice en el aprendizaje del entrenamiento, de todo lo que tiene que ver con las capacidades físicas. Las personas que asisten a la clase son mayores de edad, algunos incluso trabajan, pero la formación extra les ayudará para saber desenvolverse en determinadas situaciones.
Así lo explica la coordinadora del proyecto, María Ballestero, que apunta que este proyecto se combina con otro llamado «Moviliza» y que recalca que estas propuestas buscan principalmente familiarizar a los alumnos de los ciclos con la realidad que se van a encontrar cuando se gradúen. La responsable alude particularmente a la importancia de abordar el entrenamiento especializado con personas que, en muchas ocasiones, no están acostumbradas a la práctica. Es decir, aprender a entrenar a quien no entrena.
Por ahí irán algunas de las sesiones: «Es una preparación para afrontar diferentes situaciones», subraya Ballestero, que seleccionó la empresa «Crys Dyaz & Co» como uno de los referentes dentro del sector: «Tocamos la puerta, escucharon el proyecto, les encantó y vinieron», resume la coordinadora, que destaca que los centros de esta marca «innovan muchísimo a nivel de entrenamiento».
Uno de los factores que ayudó para que «Crys Dyaz & Co» aceptara embarcarse en esta iniciativa docente es el hecho de que uno de sus responsables, Rodrigo Carretero, es de Zamora. Resulta más fácil decir que sí a algo que viene de la tierra: «Lo que estamos haciendo hoy es mostrar cómo funciona un caso de éxito dentro de una empresa de entrenamiento personal», arranca el aludido, que incide en la importancia de «gestionar los errores» que han podido tener otros y anticiparse a ellos.
Carretero resalta igualmente la pertinencia de atender a la gestión de la empresa como tal y deja patente la profundidad que tendrá esta formación: «Vamos a dar cuatro clases más una quinta en Madrid. Van a venir ellos a nuestro centro y les va a dar la clase Crys. Para nosotros, también está muy bien entrar en contacto con los chavales que están empezando a estudiar algo relacionado con la actividad física y el deporte», añade el profesional procedente de la provincia.

El responsable de «Crys Dyaz & Co» señala, al igual que antes Ballestero, que resulta clave adaptar el entrenamiento a cada persona que acude al gimnasio. En Zamora, eso exige familiarizarse con una población cada vez más envejecida, aunque la realidad de otras zonas de España empieza a no alejarse mucho de ese mismo escenario: «También estamos comenzando a trabajar mucho el entrenamiento en la tercera edad, y ahí el trabajo de fuerza es uno de los más importantes para evitar la sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular a ciertas edades», advierte Carretero.
Ese tipo de orientación también formará parte de las sesiones previstas, en las que no solo se incidirá en el ejemplo de éxito general de la empresa, sino en el detalle de cada tipo de cliente o incluso en casos particulares tratados por «Crys Dyaz & Co». Por ejemplo, el del futbolista del Real Betis Isco Alarcón: «Esas cosas les llaman la atención y son buenas para que vean cómo se trabaja de forma especializada», matiza Rodrigo Carretero.
La aplicación en el día a día
De vuelta al inicio, todo ello incluye la necesidad de aprender los ejercicios antes de enseñarlos: «En el entrenamiento personal, no existe teoría sin práctica», deja claro Carretero, que apunta que «no hay que ser un maestro en el movimiento, pero sí conocer las sensaciones que produce».
Tras percibirlas y levantarse para seguir hacia el siguiente escenario de clase, dos de los alumnos dan algún detalle de lo que supone esta actividad a nivel práctico. Sus nombres son Claret Riego y Sandra Calvo, y ambos coinciden en defender el «dinamismo» y la «diversión» de la propuesta que ha venido de Madrid. Otra cosa será aplicarlo a Zamora: «Ellos se han enfocado más a gente conocida», recuerda el chico, que ya tiene su trabajo y que sí cree que puede plasmar una pequeña parte de las enseñanzas en el día a día: «Lo que hacemos ahora son clases un poquito más colectivas, y creo que lo individual, y para hacerlo en casa, se puede implementar», remacha. Por ahí va una inspiración.