En el año 2006, un grupo de productores de la zona de Toro, La Guareña y Tierra del Vino se juntó para explorar la posibilidad de dar forma a una cooperativa vinculada al ajo de la zona. Seis años después, nació una asociación con la presencia de ajeros de 25 municipios y se trató la posibilidad de aspirar a la marca de garantía. No se alcanzó un acuerdo.
La idea se mantuvo latente hasta que volvió a despertar en febrero de 2017. Fue entonces cuando se empezó a elaborar el estudio justificativo antes de contactar, ya en 2019, con Eduardo Hernández, un técnico que, a la postre, sería decisivo. De su mano, la propuesta fue tomando forma y, ya durante la pandemia, se empezaron a recoger las muestras.
En 2022, se registró el estudio y se cambió el nombre. Lo que iba a ser el ajo de La Guareña se transformó en algo más genérico: el Ajo Zamorano. Meses más tarde, se aprobó el reglamento de uso y después se registró una marca cuyos detalles e imágenes corporativas se han presentado este lunes en la sede de la Diputación de Zamora.

El sello, ya vigente, incluye a unos cien productores de 44 municipios de las comarcas ya citadas, y podrá sumar a nuevos ajeros de este territorio, siempre y cuando cultiven una de las cuatro variedades incluidas en la documentación: la garcua y la messidor (blancos) o la spring violeta y la germidour (morados).
El encargado de anunciar esta noticia ha sido el presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez, que ha destacado que el ajo se trabaja en 250 hectáreas de ese territorio de Toro, La Guareña y Vino, y que deja cada año 2.700 toneladas de producto «muy consolidado». «Esto no se tiene que ceñir a la feria de San Pedro, también hay que potenciar el envasado», ha indicado el mandatario alistano.
En esa línea, Faúndez ha confirmado que, si la asociación quiere ir adelante con el formato cooperativa, la Diputación podría ayudar a los ajeros en el mismo sentido que ha hecho con los apicultores, que verán financiada una envasadora para la miel en la zona de Mombuey: «Estamos apostando por estos productos», ha aclarado el presidente provincial, que ha citado las denominaciones de origen, indicaciones geográficas protegidas o marcas de garantía con las que cuenta el territorio.
Un beneficio importante
Por su parte, el presidente del grupo de acción local Torguvi, Sergio del Teso, ha remarcado que la idea de la cooperativa está sobre la mesa, y ha recordado la rentabilidad de un producto que da, «en limpio», 5.000 o 6.000 euros por hectárea.
Ahora, la idea es seguir incorporando gente joven al sector para darle otro empujón a un ajo que «se caracteriza sobre todo por unos elevados niveles de calidad», según ha aclarado el técnico Eduardo Hernández.