El Ayuntamiento de la capital montó doce quioscos «modelo Zamora» en 2004. Poco más de veinte años después, todo apunta a que solo uno de ellos continuará abierto. Se trata del negocio que regenta Antonio Zamarreño en la avenida de Requejo, pasados los institutos, casi al pie del bar Venecia: «A mí esto me gusta y quiero seguir. Ya están todos los papeles entregados. Ha habido un poco de confusión porque al salir la licitación la gente pensaba que me iba, pero no. Esto no es rentable, pero yo tengo la vida hecha», resumía el responsable del quiosco este martes, a unas horas del final del proceso público.
Antonio tenía el riesgo de que alguien más se presentara para tratar de quedarse con esa instalación en particular pero, a unas horas del final del plazo, solo él había optado. En el caso del quiosco de las Tres Cruces, el otro que el Ayuntamiento ponía a disposición de los interesados, a finales de la semana pasada nadie se había postulado, según admite la concejala responsable de Patrimonio, Sara de la Higuera. Todo apunta a que quedará desierto este miércoles, cuando expira el citado periodo.
De este modo, Antonio Zamarreño, que abrió su quiosco el primero de marzo de 1994 y que un decenio más tarde se mudó a estas pequeñas instalaciones municipales construidas con forma trapezoidal y una pequeña cúpula para que se asemejaran a la estructura del casco histórico y estuviesen coronadas al estilo de la Catedral, será probablemente el último superviviente en estos modelo Zamora. En principio, durante los próximos siete años, ya pasada su edad de jubilación.
La clientela podrá seguir comprándole el periódico, la revista o las gominolas a este irreductible mientras la ciudad debate qué ocurre con el resto de los quioscos de titularidad pública que hay repartidos por las calles. De la Higuera recuerda que diez de ellos están desafectados desde el año 2022. La idea de las licitaciones con el de la avenida de Requejo y el de las Tres Cruces era pulsar el interés que había por parte de los potenciales emprendedores de cara a poner nuevamente a disposición alguno más. Pero la realidad es tozuda.
El Ayuntamiento se había planteado incluso la posibilidad de abrir la mano para permitir la instalación de otros pequeños negocios como «una pequeña floristería», pero la realidad es que «no hay solicitudes» para el uso de estos «modelo Zamora» que apenas tienen un tamaño de ocho metros cuadrados: «El canon es solo de 183 euros, pero lo cierto es que no parece que haya interés. Una persona miró el de la Marina, el que está al lado del mercado provisional, para poner una pequeña cafetería. La idea no estaba mal, pero se echó atrás cuando vio las dimensiones», señala Sara de la Higuera.
La concejala recuerda que «el diseño se hizo único exclusivamente como quiosco de prensa, gominolas o algún refresco», un planteamiento que se ha quedado anticuado ante el bajón de estos negocios en plena era digital. Ahora, el Ayuntamiento tendrá que debatir de nuevo si se contempla el uso de los quioscos que quedan para permitir la presencia de asociaciones sin ánimo de lucro o para cualquier otro particular. Si no, el destino parece escrito: la retirada.
Los que se quitan y los que quedan vacíos
De hecho, en dos de los casos, ese es ya el futuro inminente. Se trata de los que están ubicados en Candelaria Ruiz del Árbol, cerca de los jardines de Eduardo Barrón, y en Cardenal Cisneros, al lado del parque de Las Viñas. En el segundo de los casos, los responsables de las obras de humanización han solicitado la retirada; en el primero, las molestias que genera la estructura han llevado al Ayuntamiento a decidirse por prescindir de ella.
Ambos quioscos se irán a la nave municipal y su estado se analizará, también para empezar a ver si los demás ya desafectados pueden sufrir un deterioro. Los que quedarán cerrados y en la vía pública serán los de la plaza de Alemania, plaza de San Lázaro, plaza de la Puentica, plaza del Cuartel Viejo, calle Obispo Nieto, plaza de la Marina Española, calle Condes de Alba y Aliste y avenida de Requejo (frente a Hospital Virgen de la Concha).
