Julio Cascán, bajista de profesión y una de las cuatro patas del grupo Elefantes se emociona al pensar que ya han pasado tres décadas desde las primeras maquetas del grupo. Con motivo del 30 aniversario, la banda recorrerá este 2025 múltiples capitales españolas de la mano de un amplio recopilatorio musical. Entre ellas, Zamora en el Teatro Ramos Carrión este sábado a las ocho de la tarde. Un concierto que no es llamamiento a los fans, sino que será «una muy buena manera» de conocer al grupo, afirma Cascán.
– Zamora es una de las 16 paradas de esta gira en 2025 para conmemorar los ya 30 años desde que nació el grupo Elefantes. Dos discos y un CD que recogen tres décadas en continua danza titulado «30 aniversario o Tratado sobre Jardinería», ¿Por qué esta comparación?
– Tiene una explicación, sí (entre risas). En el momento en que nosotros decidimos celebrar los 30 años de carrera y hacer un recopilatorio te das cuenta de que lo más normal es ponerle como título: “Elefantes 30 aniversario” o “Grandes éxitos de Elefantes” y a nosotros se nos hacía algo prosaico. Así que buscamos darle un poco de poesía llamándolo Tratado sobre jardinería, porque consideramos que estos 30 años nos han dado la experiencia y el saber hacer como para poder elaborar un tratado. Nuestro jardín y nuestras flores son las canciones. Es una forma de decir que gracias a todo este tiempo hemos aprendido a cuidar de nuestro jardín y a hacer que “florezca” cada primavera.
– En este disco recopilatorio se cuela una canción inédita: Este amor. Una composición que habla de «un amor que va creciendo». Vuestro amor por la música, ¿se ha transformado en estos años o sigue como el primer día?
– Nuestro amor por la música yo creo que sigue igual que el primer día. Es cierto que tu visión se va transformando con los años y la experiencia, pero realmente sigue siendo lo mismo lo que nos mantiene 30 años después saliendo a la carretera y haciendo nuevos discos. Siempre con las mismas ganas y la misma pasión. De hecho, incluir una canción inédita en un disco recopilatorio también es poco usual, pero es una muestra de que Elefantes es una banda que no se conforma con poco y no nos valía echar la vista atrás y hacer un recopilatorio de lo que hemos sido, sino que realmente queríamos dar a entender que somos una banda en activo. Echamos la vista atrás para celebrar, pero realmente la vista la tenemos siempre hacia adelante.
– Como grupo, siempre habéis transitado entre diversos géneros, especialmente, el pop y el rock. Una situación que no era tan común a finales de los años 90 donde los grupos de música correspondían a un género muy marcado. ¿En alguna ocasión, esta fluctuación musical, os ha causado momentos difíciles?
– Al principio, sobre todo, sí nos dio algunos problemas porque Elefantes ha sido una banda no muy fácil de clasificar, que está un poco en tierra de nadie. Cuando empezamos, las discográficas o a las oficinas de management nos decían: “Ostras, es que lo vuestro no es fácil. Sois poco comerciales para entrar en el circuito comercial pero sois demasiado comerciales para el circuito indie. Estáis sobre una tierra de nadie, que es complicada”. Pero es verdad que después, con los años, ha sido una de nuestras características y se nos reconoce un poco por eso también.
– Otra de las muchas características que definen una banda musical es su sonido. En el caso de Elefantes, ¿cómo definiríais la evolución del vuestro a lo largo de los años?
– Elefantes es una banda inquieta. Siempre hemos estado intentando modificar nuestra manera de hacer para mantenernos vivos. Pero es cierto que, por mucho intento que hagamos, ya sean cambios de enfoque o de sintetizadores ha dado igual porque al final el resultado siempre queda marcado por la personalidad de los integrantes. Por eso Elefantes es una banda que tiene un sonido característico y que hagamos lo que hagamos es muy reconocible.
– Elefantes tiene una historia llena de altibajos, desde su formación en 1994 hasta su disolución en 2006 y vuestro posterior regreso en 2013. No estamos tan acostumbrados a que las bandas una vez deciden darse un tiempo se recompongan.
– Sí, y de hecho cuando nos disolvimos en 2006 no había intención de recomponer. Es un poco fruto del carácter también de la banda. Elefantes siempre ha sido una banda muy pasional y hemos hecho las cosas con mucha convicción. Entonces, cuando hemos tenido un mal momento o cuando lo hemos pasado mal, ahí decidimos separarnos. Yo creo que la decisión correcta hubiera sido darnos un tiempo, un respiro y haber continuado a los dos o tres años sin ningún problema. Esa pasión nos hace hacer cosas buenas y honestas, pero también en algunos puntos te lleva a situaciones como la que sucedió en 2006. Bueno, al final lo importante es que seguimos aquí, que entendimos que Elefantes es nuestra casa. Aunque podamos pasar malos momentos, al final Elefantes sigue estando ahí y seguirá siendo nuestra casa.
– Basándote en vuestra experiencia, ¿cuál dirías que es el secreto para que un grupo musical dure tantos años?
– Lo más importante es el cariño y el amor. Si eso existe, todo lo demás es más fácil. Cuando tú entiendes que estás en tu casa, que es aquí donde realmente puedes ser tú mismo y no tienes que tener miedo a nada, ya te lo tomas de otra manera. Entonces, con un poco de generosidad y de cariño, todo lo demás se puede ir solventando. Podríamos seguir de cualquier manera, pero no es nuestra forma de funcionar. Si así estamos, estamos a tope.
-Ese momento en 2006 puede ser uno de los mayores desafíos a los que os habéis enfrentado como banda, pero y si hablamos de logros, ¿cuál diríais que ha sido vuestro mayor éxito?
– Nuestro mayor logro es justamente haber podido madurar y llevar nuestra carrera hasta aquí. Ahora, que después de 30 años podamos seguir actuando, saliendo a la carretera y siguiendo con esa misma ilusión. Tal vez lo más fácil en el mundo de la música sería abandonar o tomárselo de otra manera, pero realmente nosotros hemos conseguido mantener esa chispa durante todo ese tiempo.
– ¿Cómo se mantiene viva a la audiencia durante tanto tiempo?
– Siendo muy cercanos. Nosotros somos partidarios de hacer conciertos cada vez más en teatros y auditorios porque son espacios que te permiten tener un contacto mucho más directo con el público. Si podemos, salimos después del concierto a saludar al público, a hablar con ellos, a recibir el feedback. Y yo creo que eso crea familia. Hace que nuestro público, el que quiere, sepa que puede hablar con nosotros, que se puede acercar y comentar la jugada.
– Entonces, un espacio como el Teatro Ramos Carrión de Zamora, ¿os es preferible frente a públicos más grandes como festivales?
– Yo disfruto de todo porque en la variedad al final está el gusto. Es bonito hacer conciertos gigantes y tocar en un festival, es muy emocionante. Es cierto que para mí el concierto ideal es en un teatro, en un auditorio. Es un espacio pensado para hacer música o para hacer artes escénicas y al ser más reducido te da la oportunidad de estar más en contacto con tu público. Para mí es ideal.
– ¿Qué puede esperar el público zamorano este sábado en vuestro concierto?
– Yo creo que esta gira en especial es perfecta para descubrir al grupo, porque realmente el repertorio es como un muestrario de lo que ha sido nuestra carrera. Hacemos un repaso por toda nuestra trayectoria y yo creo que vale la pena. Si alguien no conoce al grupo, es una muy buena manera de descubrirlo.
– Echando la vista atrás, pensando en vuestros inicios y en esas primeras maquetas… ¿Cómo os sentís con vuestra carrera profesional?
– Muy orgullosos, porque al final te das cuenta de que, desde el principio y hasta ahora, sigues con la misma pasión. Echas la vista atrás y ves inexperiencia, ves falta de medios en las primeras grabaciones, pero lo esencial ya estaba ahí. Nosotros teníamos toda la convicción y le poníamos todo lo que teníamos desde el inicio y seguimos haciéndolo. Hemos pasado 30 años con nuestros altibajos, con nuestros problemas y nuestras virtudes, pero estamos aquí y seguimos haciendo música de forma honesta.
– Pongámonos un poco futuristas y pensemos que han pasado 30 años más. Estamos en 2055, ¿Cómo os gustarías ser recordados tres décadas después?
– ¡Wow! Creo que nos sentiríamos muy felices de ser recordados como una banda que fue honesta e íntegra y que hizo un aporte a la música española, en mayor o menor medida, pero que ahí estuvo. Ojalá la gente nos siguiese escuchando y creando ese vínculo con nuestra música. Y, de repente, al vernos nos dijeran “cuando yo era pequeño mi abuelo ponía Azul en el coche”. Sería maravilloso.
Tras todo este tiempo viviendo vuestro sueño que es la música, la pregunta casi sale sola: ¿os queda, como banda, algún otro deseo por cumplir?
– Nuestra misión y lo que nos hace felices es ir de ciudad en ciudad cantando nuestras canciones y haciendo que la gente las sienta y se emocione. Eso es lo que nos queda, eso es lo que queremos hacer y eso es lo que seguimos haciendo.