Arcenillas cree tener localizada una nueva tabla del retablo de Fernando Gallego. La alcaldesa de la localidad, Jennifer Fernández, y el exalcalde y estudioso de las Tablas de Arcenillas, Enrique Rodríguez, han planteado a la Consejería de Cultura de la Junta que se interese por la posible adquisición de una tabla, ubicada en Madrid, en una colección particular, que fue declarada Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid en el año 2018 y que, se estima con bastante seguridad, puede ser parte del retablo original, de 35 piezas.
Enrique Rodríguez asegura que tuvo constancia de la existencia de esta tabla, que es de Fernando Gallego y que representa un ecce homo, cuando el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid publicó el inicio de los trámites para catalogarla Bien de Interés Cultural en la categoría de Bienes Muebles. «En ese momento, todavía de alcalde, aproveché la condición para presentar alegaciones en nombre del Ayuntamiento de Arcenillas» y posicionarse a favor de la protección para la obra de arte. Algo que convierte a la tabla en «inexportable» y que, defiende Rodríguez, «la protege», puesto que «sería muy complicado recuperarla si saliera fuera de España». En ese momento, defiende el exalcade, la intención del Ayuntamiento de Arcenillas no era otra que garantizar que el futuro de la tabla estuviera en España y no fuera de las fronteras nacionales.

La tabla en cuestión «estaba desaparecida desde principios del siglo XX» y no se la conocía más que por fotografías. «Nunca se volvió a tener noticia de ella hasta que reaparece en 2018», resume Rodríguez, abogado e historiador, que tuvo ocasión de presenciar la tabla.
Aunque no se ha preguntado a los propietarios y no se sabe, por tanto, si está o no en venta, lo que piden tanto el exalcalde como la actual alcaldesa es que la Junta explore la posibilidad de adquirir la tabla, cuya compra está por completo fuera del alcance de las capacidades económicas de las arcas municipales. «Sería una cantidad bastante importante», resume Rodríguez, que no se atreve a dar cifras pero indica que superaría holgadamente los 150.000 euros por el renombre del autor.
Sin confirmación, pero con indicios muy serios
Harían falta estudios y más datos para corroborar que «Cristo presentándose ante el pueblo», que es el nombre de la tabla, forma parte del conjunto artístico de Arcenillas. «Por el estilo, es innegable. Y por el contenido, porque siempre se ha relacionado con el retablo una tabla de un ecco homo, como es el caso», explica Rodríguez. Lo que sucede es que las Tablas de Arcenillas están numeradas en uno de sus bordes y la tabla de Madrid no tiene ese borde, por lo que es imposible comprobar si estaba o no numerada.

Es algo similar a lo que sucede con «La resurrección de Lázaro», la tabla de Fernando Gallego que se atribuye al conjunto histórico de las Tablas de Arcenillas que se expone en el Museo de Zamora desde hace unos meses. Todo indica a que forma parte de las 35 tablas originales, pero la pérdida del borde de la pieza y de la numeración ha hecho que no se pueda comprobar. Una manera de afinar el diagnóstico sería someter a la pieza a un examen de ADN para comprobar si la madera que tiene es la misma que la de las tablas guardadas en Arcenillas, algo que de momento no se ha hecho y que «sería recomendable», indica Enrique Rodríguez.

BIC desde 2018
«Cristo presentándose ante el pueblo» está considerada como Bien de Interés Cultural desde que se publicó la disposición en Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid, el 14 de noviembre de 2018. Se trata de una pieza «de calidad, destacable dentro de las obras de Fernando Gallego» y que forma parte de forma «muy probable» del antiguo retablo mayor de la Catedral de Zamora. Se declara BIC por su valor histórico-artístico.
La tabla ilustra la escena evangélica en que Cristo es presentado ante la multitud atado y vestido con túnica, llevando en la cabeza una corona de espinas, en una puerta del palacio del gobernador romano Poncio Pilatos. La escena se desarrolla en un espacio completamente urbanizado, dominado por la sencilla pero peculiar arquitectura del palacio del gobernador, que refleja elementos de la arquitectura de la época, como el arco rebajado de la entrada o la balaustrada lateral del mismo.
Los argumentos que apoyan la procedencia de la tabla del retablo de la catedral de Zamora son, por un lado, su forma y dimensiones, con la huella del doble arco conopial que aparece en muchas de las composiciones de este conjunto. Por otro, la ausencia de esta escena en el grupo de tablas conservadas procedentes de este retablo, «circunstancia que ya puso de manifiesto en 1904 Manuel Gómez-Moreno, teniendo en cuenta además que ese episodio evangélico sí existe en el retablo similar para la catedral de Ciudad Rodrigo».
Apoyan también esa procedencia desde el punto de vista estilístico, la presencia de pequeñas filacterias con textos que aclaran o subrayan el sentido de las escenas, recurso utilizado por Fernando Gallego en otras tablas del retablo de la Catedral zamorana y el hecho de que la arquitectura representada en la tabla de Cristo presentándose ante el pueblo es del mismo tipo, en sus formas y materiales, que las que aparecen o encuadran las escenas de «La Presentación en el Templo», «La conversión del agua en vino», «La Flagelación» y «La última cena».