Los vecinos de Tábara tuvieron que mover «cielo y tierra» para conseguir un logro que, aunque puede parecer pequeño visto desde la distancia, a muchos de ellos les facilita el día a día. Tras meses de peticiones, consiguieron que el Ayuntamiento realizara una pequeña obra, si se le puede llamar así a echar hormigón en un arcén de la Nacional 631 para que los vehículos puedan apartarse sin entorpecer el tráfico. El objetivo era que el bus de línea que une Zamora con Puebla de Sanabria, que usan cada día un buen número de personas del pueblo, parara también en el barrio de San Lorenzo, a 1.100 metros de distancia de donde está la parada principal de la localidad. Conseguido, debieron de pensar. Lo único que falta es un pequeño detalle: el bus no para.
Manolo Llamero tiene 76 años y, aunque camina con la ayuda de una muleta, todavía está ágil. Para moverse y, sobre todo, para reivindicar: «Lo que está pasando en este pueblo no tiene sentido», lamenta. Le acompaña Tomasa Arias, que tiene 70, y Pedro Monteso, más joven, impulsor de una recogida de firmas que ha concluido con 176 apoyos que han sido entregados ya tanto a la Junta de Castilla y León como al propio Ayuntamiento. El objetivo es conseguir que el bus de las 14:15, el que cogen las personas que han ido a Zamora al médico o a hacer gestiones por la mañana, pare en San Lorenzo. Repetimos, a 1,1 kilómetros de la parada principal del pueblo.
Y es que conviene recordar la distancia porque la mayoría de los usuarios del autobús de línea son personas mayores a las que caminar ese kilómetro hasta casa les cuesta un buen esfuerzo. «Cuando vienes andando, pasas por delante de la parada y ves que el coche pasa de largo, te llevan los demonios», resume Llamero, que lleva la voz cantante de la conversación. «Es un camino que hay que hacer cuando llueve, cuando hace aire, cuando hace frío y cuando hace mucho calor», añade su compañera, lamentando su suerte.
Los vehículos que hacen el trayecto desde Puebla de Sanabria hasta Zamora sí paran en el barrio. Justo enfrente de la parada conflictiva hay otra, y esta sí cuenta con espacio de sobra para que los coches paren y los vecinos se suban. También se detiene en la parada en cuestión el coche de las 18:15, que es «pequeño», apunta Manolo. Y es que, indican, la parada no está homologada para vehículos de más de nueve metros, lo que hace que los autobuses más grandes pasen de largo.
«En Montamarta sí que para»
Detenerse ahí, aseguran los vecinos del pueblo citando informaciones recibidas desde la Junta de Castilla y León, obligaría a que el autobús parara ocupando parte de la carretera Nacional, algo prohibido. «Estamos hablando de menos de medio metro, en una zona en la que no se puede ir a más de cincuenta, y nos facilita mucho la vida a los que vivimos aquí», insiste Llamero. Los vecinos se encienden al hablar de Montamarta. Ahí, indican, el autobús para «en el medio de la carretera», ocupando un espacio «mucho más grande que el que tendría que ocupar aquí, y nadie dice nada. Los de la empresa dicen que es que eso es una cosa que está mal, pero que viene de atrás. Bueno, pues esto viene de ahora, pero no hay derecho. A unos sí y a otros no», relata el tabarés.
El impedimento es tal que hay gente mayor que ve pasar el autobús por delante de casa y no lo coge porque ello conlleva una caminata cuando toque volver a casa. «Gente que podría irse en autobús a Zamora está gastándose un dinero que no se tendría que gastar en ir en taxi porque luego no tiene manera de volver a casa desde el sitio donde para el bus», asegura Pedro Monteso. «Es lamentable».
Los vecinos piden soluciones. Primero, que se permita parar ocupando parte de la calzada como medida transitoria y, después, que se amplíe en algo el pavimento que hay en la zona para que el bus pudiera detenerse sin invadir la N-631. También reivindican la instalación de badenes, habida cuenta de que la zona está limitada a cincuenta y «hay coches que pasan a 120». «Pero esa es otra guerra», se lamenta Manolo.