Ecologistas en Acción alerta del aumento en los niveles de nitratos de las aguas de consumo humano en varios puntos del país, entre los que incluye a Zamora. De hecho, según los datos, los niveles de nitratos en las reservas de agua de doce pueblos de la provincia se encontraban por encima de los límites, según los datos recogidos en el año 2023. Una cifra significativa habida cuenta de que un año antes, en 2022, fueron solo dos los pueblos afectados: Cuelgamures y Villaralbo. A ellos se les han sumado en el último informe Cañizal, Castronuevo, Coreses, Molacillos, Montamarta, Pajares de la Lampreana, Piedrahita de Castro, San Cebrián de Castro, Valdefinjas y Villalube.
La ONG alerta de la situación, en la que las administraciones (la Junta y la Diputación, principalmente, ya que la CHD apenas tiene actividad en este sentido y los ayuntamientos carecen de recursos) han tomado cartas instalando depuradoras en un buen número de localidades. Ecologistas en Acción asegura que la contaminación del agua por nitratos está producida por el «uso masivo de abonos nitrogenados en la agricultura intensiva, así como por la ganadería intensiva». Como ambas actividades han crecido en España, «era previsible que también lo hiciera esta contaminación. Como ejemplo, los 155 miligramos de nitratos por litro en el agua del municipio de Basella, Lleida, con solo 25 habitantes censados pero con una amplia cabaña ganadera censada en el INE (24.325 cabezas de porcino, 143.760 de aves de corral y 1.123 de bovino)».
La contaminación por nitratos daña acuíferos y aguas superficiales, en muchos casos de forma casi irreversible, y supone un grave riesgo para la salud humana, insisten las mismas fuentes. Ecologistas en Acción reclama que se intensifiquen los controles en el agua de abastecimiento a poblaciones en todos los municipios del Estado, con el fin de detectar todos los incumplimientos en materia de nitratos. Algo que, según dicen, sucede de forma frecuente.
Asimismo, exige al Gobierno español y a los partidos políticos que modifiquen el Real Decreto 3/2023 de agua de consumo humano, reduciendo el valor límite máximo permitido (50 mg/litro) ya que «estudios recientes concluyen que este valor no es suficiente para proteger a la población, especialmente frente a enfermedades como el cáncer colorrectal. Además supone una incongruencia que permitan en el agua de consumo el doble de nitratos que se permiten en ecosistemas fluviales».