En el marco del congreso autonómico de UGT, que se ha celebrado estos dos últimos días en Zamora, el líder nacional de la organización, Pepe Álvarez, ha acudido a la ciudad para mandar varios mensajes. Algunos en clave regional y algunos más con resonancia estatal. En ese segundo grupo se encuentra la valoración que ha hecho el mandatario sindical acerca de la votación llevada a cabo en el Congreso en relación con el decreto ómnibus.
Para Álvarez, lo sucedido en el hemiciclo «es la antipolítica y da fuerza a la extrema derecha» en un contexto de «frivolidad política absolutamente inaceptable». Así lo ha expresado el responsable sindical durante la rueda de prensa que ha ofrecido junto a Óscar Lobo, el nuevo responsable de UGT en Castilla y León.
Álvarez ha subrayado que el país se encuentra en un momento «especialmente importante», y ha recalcado que, precisamente por eso, los sindicatos mantienen las movilizaciones previstas para el 2 de febrero: «Hay que poner de manifiesto que las medidas del decreto son insuficientes y que hay que situar algunas cuestiones fundamentales», ha advertido el mandatario de la UGT.
Para Álvarez, el Congreso de los Diputados no puede tomar «como rehenes» a los ciudadanos por «intereses desconocidos y que son claramente partidistas». A su juicio, los diputados tienen que ser conscientes de que han sido elegidos por los ciudadanos y de que «el espectáculo que se ha vivido tiene que tener un escarmiento público».
«Nos estamos manifestando contra una situación política absolutamente inaceptable, con gente que piensa más en cuándo se tienen que convocar las elecciones que en las personas que sufren y padecen las cosas», ha argumentado Álvarez, que también ha apelado a la necesidad de explicarle a la sociedad la necesidad de subir las cotizaciones sociales al ritmo de las pensiones.
Las 37,5 horas
Para el responsable de UGT, si esto no sucede, se entraría en un sistema de «viabilidad discutible». Explicarlo será una de las motivaciones de las concentraciones sindicales del día 2, de la misma manera que se situarán en el foco «otros problemas que afectan a los trabajadores», como las carencias en materia de vivienda o las reivindicaciones para consolidar la jornada semanal de 37,5 horas.
A juicio de Álvarez, que «todo el mundo» entre en ese horario está por delante del debate sobre la jornada de cuatro días a la semana. «Además, quiero desmontar los bulos y las medias verdades, y esa historia de que las pymes no lo van a poder soportar, porque es científicamente contrario a la verdad», ha advertido el responsable de UGT, que ha puesto el ejemplo del convenio de la hostelería de Navarra, que tiene ese número de horas, «los salarios más altos y no pasa nada».