El Teatro Principal ha aprovechado el escaparate que le ofrecen las redes sociales para dar explicaciones sobre el retraso en el inicio de la representación de este viernes, que tuvo lugar en el Ramos Carrión como parte del acuerdo establecido entre los responsables de las dos instalaciones. La obra El cuarto de atrás, que tendría que haber comenzado a las ocho y media de la tarde, no arrancó hasta más de media hora después. ¿El motivo? «La mesa de luces decidió quedarse fuera de juego».
Así lo ha contado el liceo municipal en la citada comunicación a través de sus canales, desde la convicción de que tocaba contarle al público por qué no pudo acceder al recinto a la hora establecida y tuvo que esperar para disfrutar de la propuesta dirigida por Rakel Camacho y protagonizada por Emma Suárez, Alberto Iglesias y Nora Hernández.
«Fue un fallo técnico inesperado que nos puso a prueba y nos obligó a recalentar mientras buscábamos soluciones», han señalado desde el Principal, desde la consciencia de que «el público merece una experiencia impecable desde el primer minuto».
«Sabemos también que el retraso dio pie a todo tipo de teorías: ¿Una baja en el elenco? ¿Rumores en el mercado de fichajes? ¿El fantasma de Carmen Martín Gaite poniendo a prueba nuestra resistencia? La verdad es más sencilla (y frustrante): la tecnología nos jugó una mala pasada en el peor momento posible», ha concedido el Principal, que ha destacado que actores, técnicos y producción «dieron el 110% para transformar un mal inicio en una noche inolvidable».
«Y lo conseguimos: la función arrancó, el público vibró, y el final fue una ovación que nos llenó de orgullo. Gracias, de corazón, por la paciencia y comprensión y por ser la mejor hinchada que un equipo teatral puede tener. Esta noche nos recordó lo que hace único al teatro: su capacidad de superarse incluso en las circunstancias más difíciles», ha zanjado el Teatro Principal en su comunicado.