El portavoz del Gobierno de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, ha respondido este jueves a las preguntas de la prensa acerca de la posición oficial del Ejecutivo autonómico en relación a la petición de extracción de agua del acuífero de Villafáfila para el uso de una planta de hidrógeno verde. El político palentino no se ha mojado en exceso, pero sí ha deslizado que una hipotética autorización «podría incluir algunas limitaciones y restricciones».
Carriedo ha mencionado esta posibilidad después de recordar que la solicitud lleva un trámite que exige determinados informes. Entre ellos, el ya recabado de la Confederación Hidrográfica del Duero, pero también la pertinente declaración de impacto ambiental.
En el caso de que esa declaración resultase negativa, «se daría finalización al expediente», mientras que en la hipótesis de que fuese favorable se podrían incluir esas limitaciones «a la utilización del agua».
Las palabras de Carriedo llegan después de una semana de declaraciones cruzadas entre partidos políticos como UPL y colectivos como Ecologistas Zamora con la CHD, y después de que el propio presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez, tildara de «barbaridad» la idea de acudir al acuífero con la cercanía del embalse y del río.
Cabe recordar que el gasto de agua anual se situaría en torno a los 117.000 metros cúbicos para esta planta de hidrógeno verde proyectada en el término de Granja de Moreruela.