La Consejería de Medio Ambiente lleva a cabo durante este mes de enero un nuevo recuento para elaborar un censo de aves acuáticas invernantes en la comunidad. La elaboración de dicho censo se está llevando a cabo durante estos días habida cuenta de que es en enero cuando muchas especies acuáticas se congregan en enclaves concretos, por lo que su recuento es más sencillo y fiable. En el censo anterior Villafáfila se consolidó como el enclave más importante de la comunidad al detectarse ahí más de 17.000 aves según los recuentos oficiales. Un buen porcentaje de las 77.000 estimadas en la comunidad.
Esta iniciativa, promovida desde el año 1967 por la organización Wetlands International, se coordina en Castilla y León a través de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, dentro del Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León. Durante el seguimiento realizado en 2024 participaron más de 275 personas entre agentes medioambientales, celadores de Medio Ambiente y técnicos de los Servicios Territoriales de Medio Ambiente, junto con el apoyo de personal técnico de la Fundación del Patrimonio Natural.
Este seguimiento anual permite obtener una imagen fija de cada una de las especies y poblaciones de aves acuáticas a nivel autonómico, y contribuye a revelar la importancia que tienen las diferentes zonas húmedas de la Comunidad para la invernada de aves acuáticas.
El aspecto más relevante de este programa es su capacidad para proporcionar tendencias de poblaciones de aves a medio y largo plazo, mediante la recogida de datos de forma estandarizada y periódica: recuentos efectuados con la misma metodología y en los mismos sitios cada año. De esta forma, se dispone de información sobre la evolución de las poblaciones de aves acuáticas y su estado de conservación, así como su distribución, teniendo en cuenta que esta información es crucial para su gestión y conservación.
Distribución por especies
Un total de 77.700 aves acuáticas pertenecientes a 57 especies invernaron en las 441 localidades muestreadas en el anterior censo realizado durante enero de 2024, aproximadamente un 15,6 % del número medio de ejemplares detectados en los últimos doce años (67.188 aves para el periodo 2013-2024).
Las principales zonas húmedas por provincia donde se concentraron casi la mitad de los ejemplares detectados fueron: las lagunas de Villafáfila con 17.612 aves, las lagunas de La Nava, Boada y Pedraza en Tierra de Campos (Palencia) con 7.195 aves, el azud de Riolobos (Salamanca) con 7.139 aves, la laguna del Hoyo (El Oso) (Ávila) con 3.305 aves, el embalse del Ebro (Burgos) con 3.240 aves, la balsa de Santa Cristina (León) con 2.182 aves, la laguna de la Iglesia (Segovia) con 794, el embalse de Cuerda del Pozo (Soria) con 490 aves y la balsa de Villalón de Campos (Valladolid) con 440 aves.
Por especies, el ánade azulón (24.190 ejemplares), la avefría europea (14.429 ejemplares), la cerceta común (6.741 ejemplares), el chorlito dorado europeo (5.092 ejemplares), el cuchara común (3.320 ejemplares), la gaviota sombría (2.817 ejemplares), la grulla común (2.309 ejemplares) y el ánsar común (1.967 ejemplares) fueron las especies más abundantes con el 81 % de los ejemplares detectados. Además, se detectaron especies más escasas durante el periodo invernal a nivel autonómico como el colimbo grande (1 ejemplar), la barnacla cariblanca (1 ejemplar) o el flamenco común (2 ejemplares).
El análisis de la tendencia general de la población invernante de aves acuáticas en la comunidad es negativo en los últimos años. En el territorio de Castilla y León se concentraban más de 100.000 aves acuáticas invernantes hasta el año 2011, pero estos valores han ido en descenso hasta llegar a menos de 60.000 ejemplares en el censo realizado en el año 2022. Este fuerte descenso está motivado principalmente por la reducción de la población invernante de ánsar común que ha pasado de un máximo de 65.823 ejemplares en el año 2006 a 1.967 aves en el censo realizado el año pasado, que supone una reducción del 97% en el número de ejemplares invernantes de esta especie en Castilla y León. Este descenso en el tamaño poblacional es debido a que han acortado sus desplazamientos migratorios y actualmente, sus zonas de invernada se localizan en áreas el centro y norte de Europa, mucho más cercanas a sus zonas de reproducción.