Las castañas «son una fuente importante de recursos para la provincia», pero ahora mismo los árboles que las dan están «en problemas». Así lo constató recientemente, durante la entrevista concedida a este medio, el presidente de la Diputación Provincial, Javier Faúndez, que incidió en que el territorio, particularmente ciertas comarcas, cuenta con una producción de calidad que, en estos instantes, está condicionada.
«Los árboles tienen problemas como el chancro o la tinta que están produciendo pérdidas importantes en las poblaciones», señaló Faúndez, que abogó por analizar «propuestas serias» de solución a este escenario antes de pasar a la siguiente pantalla, que tiene más que ver con la comercialización y que se centraría en la puesta en marcha de una marca de calidad de la castaña en la provincia.
Por lo pronto, en ese camino, la Diputación ya ha llevado a cabo «un estudio muy importante», a través del contrato que tiene con Tragsa, que ha permitido descubrir «una serie de patrones autóctonos» en determinados castaños de la provincia que son «resistentes a enfermedades». La idea ahora es reproducir esos patrones.
Así lo indicó Faúndez, que admitió que ha entrado «mucha planta de Portugal, mucha planta de Galicia, inadaptada al clima de aquí» y que, en algunos casos, ha venido «con enfermedades».
El plan de Zamora y de su Mesa del Castaño es corregir toda esa problemática mediante una intervención que podría implicar a los viveros: «Se trata de facilitar la recuperación del castaño porque se trata de una planta que tiene un rendimiento importante para las economías de la provincia», zanjó Faúndez.
Los datos del castaño en Zamora
Conviene recordar que el castaño ocupa una superficie aproximada 11.700 hectáreas en la provincia, de las cuales el 74% es de propiedad particular. Es la tercera provincia por superficie en Castilla y León, con un 18% del total autonómico, después de León (54%) y Salamanca (22%).