En 2025, el presidente de la Diputación de Zamora, Javier Faúndez, cumplirá los 60 en uno de sus periodos de mayor actividad política. Sin abandonar la Alcaldía de Trabazos, el mandatario provincial está al frente del proyecto monocolor del Partido Popular en La Encarnación, y afronta aún dos años y medio garantizados de mandato por delante. Con ese horizonte, y tras mantener «más de 600 reuniones» en su despacho durante los 18 meses iniciales de su ciclo, el dirigente alistano aspira a dejar la impronta de su pragmatismo en la institución que dirige.
– ¿Qué le ilusiona y qué le inquieta ante estos dos años y medio de mandato que le quedan por delante?
– Los dos años y medio los tenemos enfocados como años de trabajo, años de retos. Tenemos bastantes proyectos, algunos propios de la institución y otros que hemos conseguido orientar y encauzar de la mano de la Junta de Castilla y León.
– En esos proyectos, ¿cómo encajan polígonos como el de Alcañices o el de Bermillo, cuya situación parece haberse desbloqueado en los últimos meses?
– Los polígonos, en primer lugar, son una solución para aquellas personas que quieran emprender un pequeño negocio, aunque sea un solo autónomo en el medio rural. Alcañices ha quedado desbloqueado. De hecho, el Ayuntamiento tiene un procedimiento abierto de subasta. De Bermillo de Sayago, hemos recibido las dos primeras solicitudes de venta de parcelas, y una de ellas se está tramitando y la otra se tramitará en breve. Y, aparte, hay otros polígonos que también se van a entregar en la provincia. Está el de San Cristóbal de Entreviñas, donde la Diputación también ha cofinanciado, y el de Trabazos, que ya tiene solicitudes de parcelas para la construcción de naves. Después, tenemos un polígono donde no está interviniendo la Diputación, pero con el que sí nos ha dado ese espaldarazo la Junta de Castilla y León, que es el de Monfarracinos. Además, estamos colaborando económicamente con el Puerta del Noroeste de Benavente.
– ¿Con el terreno donde se iba a instalar la biorrefinería de Barcial del Barco qué va a suceder?
– Nosotros vamos a abrir un procedimiento. Lógicamente, hemos tenido otras cosas prioritarias, pero ahora vamos a sacar esos terrenos a una licitación donde quien quiera optar a ellos va a poder hacerlo. Puede ser Ecobarcial o cualquier otra persona que asuma las condiciones que va a poner la Diputación, que son las condiciones mínimas que marca la ley. Es decir, un alquiler con opción de compra y una renta que es del 6% del valor de los terrenos. Ya tenemos la tasación, tenemos prácticamente todo, y espero que a finales de enero iniciemos ese procedimiento.
– ¿Ha habido contactos con los promotores?
– He tenido dos reuniones, si no me equivoco, pero esto va a estar abierto a cualquier iniciativa que pueda llegar. No va a ser exclusivo para nadie, sino un sistema de alquiler por el método de subasta.
– Al hilo de todo lo que tiene que ver con las empresas, la demanda de la fiscalidad diferenciada sigue ahí. ¿Ve una ventana de oportunidad para presionar y que este incentivo acabe llegando a Zamora?
– Nosotros, como institución, hemos hecho nuestro trabajo, que es posicionar el problema en un Pleno de la Diputación mediante una moción. Además, cuando hemos ido a ese Pleno, ya hemos aportado el magnífico trabajo que ha hecho la Junta de Castilla y León argumentando que Zamora hoy cumple para poder tener esa fiscalidad diferenciada. Se lo hemos transmitido al ministro del ramo y a día de hoy no tenemos ningún tipo de contestación, ni buena ni mala: indiferencia, no tenemos ningún tipo de contestación. Sí estamos trabajando con nuestros parlamentarios nacionales para ver si a ellos el Gobierno de España les contesta. No estamos pidiendo nada a lo que no tengamos derecho. Vamos a intentar que Zamora tenga esa fiscalidad diferenciada que estoy convencido que puede ayudar a asentar empresas, beneficiar a las que ya están en la provincia y generar empleo.
– En la reunión reciente que tuvo con el presidente del Gobierno de España, Mañueco le trasladó que uno de los objetivos de Castilla y León era profundizar en la fiscalidad diferenciada para Soria, Teruel y Cuenca. Y luego abrir una vía para posibles alternativas en otras provincias. ¿La Junta les ha comentado que Zamora no puede acceder a ese mecanismo y que tiene que buscar otro?
– En primer lugar, el presidente del Gobierno parece que tiene prioridades diferentes a las de gobernar, a las de servir a los ciudadanos de todos los territorios, en este caso a los ciudadanos de Zamora. Pero concretamente, repito, con los informes que tenemos nosotros y los informes que nos ha aportado la Junta de Castilla y León, Zamora hoy cumple los requisitos para tener esa fiscalidad diferenciada. Lo que pasa es que contamos con un Gobierno que está más preocupado últimamente de otras cosas, de otros territorios, que de dar respuesta a los problemas reales que tiene esta provincia. De hecho, existe un Ministerio de Reto Demográfico y algún día, cuando vengo a trabajar, me pregunto para qué sirve, si realmente aporta algo a la realidad de provincias como Zamora.
– ¿Qué podría hacer el Ministerio que no hace?
– Pues, en primer lugar, ejercer. Cuando creas un Ministerio es para dar una respuesta a los ciudadanos. Si no, a lo mejor hay que plantearse que ese Ministerio no tiene cabida, porque al final parece que prácticamente es algo con un nombre muy bonito, donde posiblemente esté mucha gente trabajando y cobrando, pero que no aporta nada a la sociedad ni a los proyectos provinciales.
– En el tema del desarrollo de la provincia, ya venían siendo recurrentes las polémicas con las plantas fotovoltaicas o eólicas. Ahora, el foco está sobre el biogás. ¿Qué le trasladan los alcaldes sobre este particular y qué opinión tiene usted?
– Yo siempre les he dicho a los alcaldes que, cuando un proyecto de estos llega a una localidad, a quien se le tiene que dar explicaciones es a las personas que viven allí, que son los que tienen que decidir. Hoy tenemos muchos colectivos que hacen una labor muy loable, pero son personas que viven fuera, que algunas no conocen este territorio, y parece que tienen la capacidad para decidir lo que va a pasar en cada uno de los pueblos de la provincia. Eso es lo primero que yo les trasmito a los alcaldes. Y con respecto a las plantas de biogás, lo he dicho hace no muchos días, desde un punto de vista medioambiental son necesarias. Las granjas ya están aquí y, lógicamente, tenemos que comer. Para eso hay que producir carne de cerdo, carne de vacuno o carne de aves. Si las plantas de biogás se asientan en esta zona, lo hacen con una certeza, que es que tienen esas granjas ahí y que producen purines. Ahora mismo, esos purines están acabando todos en la tierra, en los terrenos agrícolas, y están contaminando los acuíferos de nuestra provincia. Desde un punto de vista medioambiental, repito, esas plantas son una solución, pero habría que explicarlo bien. En Alemania, donde los verdes tienen una presencia importante en el Parlamento, hay 10.000 plantas de biogás. O muy tontos son los alemanes y muy listos los zamoranos o viceversa. Es una reflexión. Y con respecto a la energía fotovoltaica, en su día he estado en contra de que se instale en terrenos agrícolas. Lo sigo manteniendo. Hay terrenos de monte donde se pueden instalar esas plantas sin afectar a zonas donde, en algunos casos, la Administración ha hecho un esfuerzo económico muy importante junto con los particulares como para que esos terrenos, que son muy productivos, de la noche a la mañana se conviertan en espejos.
– Con la caducidad de las concesiones de los embalses como telón de fondo, ¿en qué posición está Zamora para pelear y conseguir más beneficios por la explotación hidroeléctrica?
– Se está produciendo lo que era inevitable. Pasan los años, las concesiones caducan y lógicamente hay que renovarlas. Había una preocupación ahora mismo por si esas concesiones las asumía el propio Gobierno. Si eso pasaba, a los ayuntamientos les iba a suponer una pérdida de ingresos. Ahora, a la espera de ver qué pasa, lo que está claro es que esos municipios tienen que tener una compensación económica, como también la tendría que tener la propia provincia. Es evidente que producimos bastante más energía de la que consumimos. De hecho, producimos energía para que otros territorios se desarrollen. Además, energía limpia. Estábamos hablando antes de la eólica, de la fotovoltaica y estamos hablando ahora de la energía hidráulica.
– ¿Zamora va a tener capacidad para presionar, o es complicado cuando se decide todo a tan alto nivel?
– Es un proceso de negociación. Los ayuntamientos sí están posicionados y lógicamente lo que tienen que intentar en este escenario es tener la mejor información y tomar las mejores decisiones. A la Diputación la van a tener como altavoz o como respaldo jurídico en lo que ellos estimen oportuno.
– En lo estrictamente ligado a su competencia, vamos a ir repasando algunas de las propuestas más llamativas del presupuesto de 2025 para que explique la inversión prevista. Primero, con el plan contra la exclusión financiera. ¿Qué se va a hacer y por qué se ha detectado un problema particular en Sanabria?
– En principio, nosotros hemos hecho un trabajo de campo. La filosofía que tiene este grupo de gobierno es que, cuando hay un problema, tenemos que intentar buscar la solución. El primer estudio que hemos hecho consiste en ver qué localidades de la provincia tienen servicios bancarios. Ahí hemos sabido que la zona más afectada por la carencia de estos recursos es la parte de Sanabria y La Carballeda, aunque ese mapa lo estamos acabando de pulir. Más allá de eso, descartamos de raíz algo que se barajó en esta institución, que era poner un cajero automático en un bibliobús. Entendíamos que no tenía sentido. Al final, tras evaluar otras alternativas, en el mes de enero vamos a empezar a preparar ya unos pliegos para la contratación de dos furgones que irían con un vigilante de seguridad más un empleado de una entidad bancaria. No sabemos aún si con cajero o sin cajero, porque puede ser incluso con un datáfono. Lo que queremos es que a las personas mayores se les pueda facilitar dinero por lo menos una vez al mes. Es decir, cercanía también financiera. Otro de los problemas que ha sido recurrente a lo largo de este año ha sido el tema de los consultorios médicos en la provincia. Por eso hemos habilitado una cantidad de dos millones de euros para la reforma de esos locales, aparte de otras subvenciones nominativas de emergencia para aquellos ayuntamientos donde ya no llega con una pequeña ayuda. De hecho, esta semana he estado aquí con la alcaldesa de Figueruela, que ha tenido que trasladar el consultorio médico porque prácticamente se le caía y, al final, hemos acordado que vamos a construir uno nuevo.
– ¿Cómo van a funcionar las ayudas para fomentar la existencia de viviendas de alquiler en los pueblos?
– En los pueblos hay mucha vivienda que los propietarios no quieren arreglar, o no pueden por falta de recursos o de rentabilidad. Nosotros vemos que tenemos que ir más allá, tenemos que buscar la rentabilidad social. Por eso hemos puesto 600.000 euros en el presupuesto de esta anualidad para aquellas personas que quieran destinar una vivienda digna para alquilar, durante al menos cinco años, a un precio no superior a 300 euros. También tiene que estar alquilada como mínimo seis meses al año. También hay una línea de viviendas de protección oficial para construir en lugares donde no lo haría una empresa en condiciones normales. Estas casas serían para todos, pero en el caso de los menores de 36 años, y estamos estudiando la opción de subirlo a 40, el 10% lo pagaría la Junta, el 10% lo pagaría la Diputación y el 80% restante sería con una hipoteca garantizada.
– Con el tema de las ayudas para habilitar un espacio de tienda en los bares, ¿se abre un escenario en el que los negocios en las zonas rurales han de ser prácticamente multiusos?
– En un negocio multiusos, bien lo ha dicho, para venderlo todo en un mismo sitio. De hecho, ayer por la tarde – por el miércoles – me llamó la alcaldesa de Pinilla de Toro para decirme que cerraba el bar con tienda. El Ayuntamiento va a intentar comprarlo, pero necesita rehabilitarlo para ofrecérselo a alguna familia. Le he dicho que no hay problema. Iré el día 27 y hasta le hemos ofrecido la posibilidad de intentar buscar una familia a través de los programas que tenemos en marcha para sacar adelante ese servicio tan importante que es el bar y la tienda con productos básicos.
– En lo tocante al sector agroalimentario, más allá del vino o el queso, la sensación es que últimamente la miel y la castaña están repuntando. ¿Qué pueden aportar estos recursos a la economía provincial?
– En primer lugar, esta Diputación tiene una partida presupuestaria importante para la promoción de esos magníficos productos que tenemos en la provincia. También queremos escuchar las sugerencias que nos puedan hacer los colectivos como Pinza. Estamos en esa línea de escuchar y adaptarnos a las necesidades que nos planteen ellos. De hecho, yo no voy a hablar solo de miel, de castañas o de setas. Por ejemplo, hace no muchos días hemos tenido dos jornadas, una con la raza sayaguesa y vinos de la zona de los Arribes, y otra con la ternera alistana. ¿Estas carnes se venden bien? Sí. ¿Tienen capacidad de crecimiento? Sí. ¿Tienen que vender el producto mejor? Totalmente de acuerdo. Y para eso estamos nosotros. Hemos ido a Madrid, a la Casa de Zamora, hemos celebrado allí dos eventos donde han estado compradores de carnicerías, hostelería, medios de comunicación y personas que están metidas en redes sociales. Con eso, lo que queremos es vender nuestros productos que son de máxima calidad. En el tema de la miel hemos conseguido, en tiempo récord, desbloquear un tema que estaba paralizado en esta Diputación, que era el de la marca de calidad. Lo hemos hecho bastante rápido y, a partir de ahí, ya depende de los propios productores. El tema de la castaña es mucho más complejo. ¿Producimos castaña de calidad? Sí. Pero esa castaña ahora mismo tiene todos los problemas en forma de enfermedades y se está produciendo una pérdida de población importante. Tenemos un proyecto de recuperación, porque es algo relevante para la economía de la provincia.
– ¿La nueva envasadora de miel se va a instalar en Mombuey?
– Posiblemente sí. Nos planteaban los apicultores que en Aliste tienen ese problema del envasado resuelto, y en Sanabria y La Carballeda no, aunque esto no quiere decir que en un futuro no nos abramos a expandir ese modelo a otras comarcas. La envasadora aquí lo que va a permitir es que el pequeño apicultor no tenga que hacer una gran inversión para poner en el mercado su producto y que parte de la miel que se malvendía salga mejor.
– En el tema de carreteras, con las obras en La Hiniesta o la variante de Perilla como proyectos más destacados para 2025, ¿qué le queda pendiente para 2026 y 2027?
– Ahora mismo tenemos muy avanzada la red de carreteras de la provincia. Lo he dicho muchas veces, el estado es entre bueno y excelente en el 95 o 98% de los casos. Otra cosa es que muchas veces los ayuntamientos nos intenten colgar el sambenito de los caminos agrícolas asfaltados, pero a día de hoy no son nuestros. Colaboramos con ellos en materia de reparación, pero tenemos 1.600 kilómetros de carreteras y hay 1.000 kilómetros más de caminos. Eso no quiere decir que en un futuro, si vemos que se ha despejado el horizonte en materia de carreteras, podamos empezar con alguna fórmula para abordar alguna reparación de ciertos caminos que se encuentran en muy mal estado. Pero a día de hoy, insisto, no podemos. Somos una de las cinco diputaciones con menos presupuesto de España. Si tuviésemos más, siempre lo he dicho, ideas nos sobran.
– Con el tema de los caminos rurales, percibo un pequeño cambio en el mensaje. Usted estaba muy cerrado antes; ahora, un pelín abierto. ¿El alcalde de Almaraz, por ejemplo, puede mantener la esperanza de que en unos años la Diputación le pueda arreglar la vía de acceso a la N-122?
– Ese camino de Almaraz, o el de Nuez a Viñas, o el de Nuez a Moldones, o el de Nuez a San Martín del Pedroso, que son de mi Ayuntamiento. Y esos no son los peores de la provincia. Dentro de los caminos rurales asfaltados hay algunos que ya no tienen capacidad para recuperarse. De hecho, en varios ya se ha tomado las decisión con los ayuntamientos, como en el caso de Flores a Fradellos, de fresarlo, echar zahorra y convertirlo en lo que es: un camino agrícola. Otros se podrían salvar, pero repito: en un horizonte a medio o largo plazo, una vez tengamos estabilizado el tema de las carreteras y de los puentes.
– Otro tema que suscita mucho interés por parte del equipo de Gobierno es el del agua. Usted inaugura prácticamente una ETAP a la semana. ¿Qué falta para que todo se resuelva?
– En esto, hemos invertido muchísimo dinero y seguiremos con lo que sea necesario. Yo siempre he dicho que el principal problema que te pone un alcalde, o por lo primero que te llaman, es porque se han quedado sin agua. Te puedes quedar sin agua por una avería en un sondeo, pero ningún Ayuntamiento de la provincia va a verse en esas porque la Diputación no le ofrezca una solución. Hemos sido pioneros en las plantas prefabricadas. De hecho, algunas diputaciones ya han venido aquí para conocer nuestras ideas.
– Dos cosas para terminar. Una que tiene que ver con la polémica que hubo hace unos meses con los cuarteles de la Guardia Civil y la reducción horaria en los puntos presenciales fijos: ¿Cree que Zamora es una provincia más insegura que antes de que se hiciera este movimiento?
– Yo no voy a hablar ni a crear alarma social sobre si la provincia es más insegura o no, pero a nivel privado, porque estoy con muchos guardias civiles, hay un problema de plantilla importante en esta provincia. También me dice algún responsable: bueno, es que otras están peores. Eso es no es consuelo. Al final, ¿qué ha hecho el Gobierno de España a través de la Subdelegación? Pues trampas al solitario. Para poder tener patrullas en la calle, que es importante, cierro los horarios de atención al público en los cuarteles de la provincia, que es igual de importante. De hecho, ahora mismo, salvo en media docena de cuarteles, se están produciendo situaciones que son un tanto esperpénticas. Yo siempre pongo un ejemplo: se supone que Fonfría como cuartel está abierto. Pero solo un día a la semana, de nueve de la mañana a dos de la tarde. ¿Eso es un cuartel abierto? Pues para mí no, para mí no. Lógicamente, siempre estamos hablando de que tenemos que prestar los mejores servicios en el medio rural. Las diputaciones, que además se crearon para eso, estamos volcadas con los recursos que tenemos, y otras administraciones parece que creen que la optimización de recursos es centralizarlo todo en la ciudad. Me vuelve a la cabeza el Plan Aliste sanitario que quería hacer Verónica Casado, en el que planteaba que llevando todos los médicos y a todos los pacientes a la cabecera de comarca se acababan los problemas de plantilla de médicos. Eso es una solución torpe, para eso no hace falta estudiar mucho.
– Usted es el alcalde del último rincón de Aliste, en la frontera con Portugal. ¿Está viendo por allí las obras de la A-11?
– A día de hoy, no. La empresa que vino se presentó, y básicamente nos transmitió que tenía que facturar algo para que no caducase la declaración de impacto ambiental. Me han dicho que a partir de enero van a retomar ese kilómetro y medio en una zona donde hay tres carriles, pero bueno, sinceramente, yo hago unas cuentas que además ha hecho mi presidente de partido, José María Barrios. Si tenemos 86 kilómetros para convertir en autovía, y hacemos un kilómetro y medio cada X años, pues podemos estar varios siglos para que la Nacional 122 sea autovía. Y es una carretera que tiene unos problemas muy importantes. Es prácticamente un bache continuo.