En el verano de 2021, a Khadija Amín le cambió la vida. La toma de Kabul por parte de los talibanes en el mes de agosto desembocó en una teocracia excluyente para las mujeres, incompatible con la vida profesional de una mujer que, por entonces, era presentadora del telediario en la televisión nacional y que, de buenas a primeras, se topó con que los nuevos dirigentes del país le advertían lo siguiente: «No puedes ni pensar en volver a la televisión». Ella quería continuar, pero la amenazaron de muerte.
A la vista de la situación, Amín pidió ayuda para abandonar el país. Una periodista española le echó una mano y el día 22 de agosto de 2021, apenas una semana después del triunfo talibán, estaba yéndose rumbo a Madrid, camino a otra vida. Cuando eso sucedió, la periodista solo tenía 27 años. Ahora, trabaja en Telefónica, preside una asociación de mujeres afganas y viaja para dar testimonio de lo que sucede en su país tres años largos después del cambio de régimen.
Este martes, Amín ha estado en Zamora junto a la activista palestina Jaldía Abubakra para contar su historia y para hacer visibles los problemas que azotan a Afganistán, particularmente a las mujeres: «Prometieron que íbamos a tener derechos y a mantener los trabajos, pero eso nunca se cumplió», ha lamentado la periodista, en una intervención que ha tenido lugar en el Salón de Plenos del Ayuntamiento, ante la presencia del alcalde de la ciudad, Francisco Guarido.
Amín ha hablado de cierre de escuelas para las niñas, del final de la vida social y laboral, de la necesidad de la compañía del hombre, de la imposibilidad de salir solas y del clamor de su pueblo por una ayuda internacional que no acaba de llegar. Una vez perdido el foco, con el centro de las batallas en lo que ocurre en otros lugares del mundo, Afganistán se ha asentado en una nueva realidad que aparta a las mujeres.
La mirada de Abubakra
A su lado, Abubakra ha escuchado el testimonio de su compañera antes de hablar sobre la franja de Gaza y acerca de «la limpieza étnica que se viene practicando desde hace casi cien años». «Israel no quiere que esto llegue al mundo entero», ha asegurado la activista, que acumula 39 años de vida en España tras una existencia como apátrida: «En Palestina, las mujeres siempre han liderado la lucha, y es importante unir nuestras fuerzas para pelear por la igualdad entre todos los seres humanos», ha advertido esta mujer, que ahora trabaja en el Ayuntamiento de Madrid.
De sus palabras se ha podido inferir que será difícil alterar el panorama. Ni siquiera los cambios en el Gobierno de Estados Unidos modifican el escenario: «Siempre ha sido una política neoliberal y capitalista de robo de recursos, de injerencias y de dominio. Se quiere mantener a Israel como base militar y que países como Palestina no tengan autonomía, ha advertido Abubakra, que aún así ha dejado un mensaje positivo: «Siempre podemos cambiar las cosas».
Por su parte, Guarido ha incidido en que se viven «tiempos difíciles para la democracia», en los que conviene «prestar especial atención a los derechos colectivos, individuales, económicos y sociales de los ciudadanos y de los países». «Vivimos un auge de los gobiernos autoritarios», ha concedido el alcalde, que ha lamentado que todo esto afecte a la libertad de prensa, que debe ser «transmisora entre lo que pasa en el mundo y la gente».