El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León colabora en una iniciativa para predecir las necesidades de riego del viñedo y conseguir un uso más sostenible del agua. El proyecto trabaja para desarrollar una herramienta de riego de precisión que permitirá calcular las necesidades de agua a siete días, emitirá recomendaciones de riego y evaluará la calidad del mosto obtenido en función de las prácticas agrícolas realizadas.
Con una subvención de más de medio millón de euros, cofinanciados en un 80% por fondos Feader, y cuatro años de duración, este grupo operativo aportará soluciones innovadoras al sector vitivinícola mediante el desarrollo de una herramienta de riego de precisión que integre datos “a pie de parcela”.
España es el primer país del mundo en cuanto a extensión de viñedo, con 955.000 hectáreas que suponen el 28,9% de la superficie en la Unión Europea y el 13% del total mundial. En el caso de Castilla y León, este cultivo ocupa 84.000 hectáreas, el 95% de ellas vinculadas a una figura de calidad.
El desplazamiento de las estaciones del año, los fenómenos extremos, el aumento de las temperaturas y la disminución de precipitaciones ponen en riesgo la producción de la vid: dañan los cultivos, alteran la fecha de maduración de la uva y, sobre todo, limitan la disponibilidad del agua. Actualmente, dos tercios de la superficie española se encuentra en riesgo de desertificación, existiendo tierras cultivadas que ya presentan problemas, y algunos estudios estiman una reducción del 20% de precipitaciones anuales totales actuales para 2100.
El reto de gestionar de forma eficiente unos recursos hídricos cada vez más escasos exige estimar las necesidades de agua del viñedo con precisión. Actualmente, existen diversas herramientas para la programación del riego, pero todas presentan limitaciones: o bien no tienen en cuenta todos los parámetros relevantes para estimar las necesidades de agua; o bien utilizan datos “promedio”, que no reflejan la situación real de viñedos con necesidades de riego.
Riego de precisión
En este contexto surge el proyecto PRERIVID, que involucra a viticultores, tecnólogos e investigadores. El objetivo del proyecto es desarrollar una herramienta de gestión de riego de precisión que integre datos medidos a “pie de parcela” —relacionados con la planta, el suelo y la meteorología— junto con la climatología global y las necesidades de riego a lo largo de todo el año, así como datos sobre prácticas agrarias con un impacto en el consumo del agua. Así, PRERIVID contribuirá a crear una viticultura más sostenible y mejorará la competitividad del sector en un contexto de escasez de agua, ya que prevé un ahorro de entre el 15 y el 20% de los recursos hídricos. Además, PRERIVID se desarrollará en comunidades autónomas con diferentes climas —Castilla y León, Galicia y Comunidad Valenciana—, por lo que sus resultados serán extensibles a todo el sector viticultor e incluso a otros tipos de cultivo.
Desarrollo en varias etapas
El proyecto de innovación se desarrollará en diferentes etapas. En una primera fase, se instalará el equipamiento para la medida de datos meteorológicos y de humedad de suelo. Esta información, junto con la predicción meteorológica obtenida para la ubicación de la parcela experimental, permitirá estimar las necesidades de agua a 7 días de cada parcela en función de la localización, la variedad de uva, la configuración del viñedo, el tipo de suelo, el sistema de riego y el momento del año. Conociendo las necesidades de agua, se pondrá a punto la herramienta de gestión de riego.
En una segunda etapa, se evaluará el uso de prácticas agrícolas que contribuyen a reducir el consumo de agua en el viñedo, como son la aplicación de caolín y el uso de cubiertas vegetales. Esto permitirá hacer recomendaciones concretas sobre el momento de implementación y la intensidad de estas actividades. También se evaluará el uso de técnicas digitales —espectroscopía NIR— que permitan tomar datos sobre el estado de salud del viñedo con mínimos recursos humanos.
Posteriormente, se analizará el efecto de los tratamientos de riego y las prácticas agrícolas en la calidad del mosto obtenido. Para ello, se estudiarán parámetros fisicoquímicos y compuestos claves para determinar la calidad de la uva y el vino. Finalmente, se evaluará el impacto económico de la herramienta de gestión del riego en el viñedo, incluyendo el gasto en materias primas, personal y energía.