Aproximadamente cien viviendas vacías tiene el Obispado de Zamora repartidas por los pueblos de la provincia que podrían ser susceptibles de uso. Ahora, gracias a un convenio firmado este martes con la Consejería de Medio Ambiente y Vivienda de la Junta, la administración será la encargada de ponerlas a punto y destinarlas después a alquiler social o a la venta en condiciones ventajosas, con unas miras especiales a que sean ocupadas por jóvenes. Una actuación con la que ambas partes persiguen el doble objetivo de dotar a los inmuebles de un uso del que ahora carecen a la vez que se abre el abanico de opciones, muy reducido, para vivir en los pueblos.
Fernando Valera, obispo de Zamora, explica que en Zamora hay 303 núcleos urbanos en los que había casa parroquial, aunque muchas de ellas se han hundido. «Quedan aproximadamente cien que son susceptibles» de volver a usarse, apunta el prelado. Será ahora un grupo de expertos de ambas partes el que dictamine qué viviendas se rehabilitan y cuáles no, decisión en la que se tendrá en cuenta tanto el estado general del inmueble como la demanda de vivienda existente en la zona.
Este es el noveno convenio de estas características firmado por la Junta con los obispados de la región. Gracias a estos acuerdos se han rehabilitado ya 33 viviendas en distintos puntos de la región con una inversión de más de 1,68 millones de euros, detalla el consejero del ramo, Juan Carlos Suárez Quiñones. Unos acuerdos a los que hay que sumar los que la Junta ha firmado con las nueve diputaciones provinciales y que se traducen en más de 160 casas rehabilitadas por toda la comunidad con una inversión de más de trece millones de euros.
Esto, más los recursos propios destinados y según las cuentas de la Junta, se traduce en que se han vuelto a poner en el mercado 550 viviendas con una inversión de más de treinta millones de euros en los municipios de la comunidad. De ellas, 45 están en Zamora, donde se han puesto sobre la mesa dos millones de euros. Las próximas actuaciones, por lo que concierne a la provincia, hablan de la recuperación de «29 o 30 viviendas» con una cantidad de dinero similar.
«Algo que me preocupó desde el inicio»
El obispo de Zamora asegura que la problemática de la vivienda ha estado «siempre presente» en los planes del Obispado desde que él lo dirige. «En una de mis primeras reuniones estuve con un grupo de jóvenes en Aliste que me trasladaban la dificultad para obtener una vivienda», apunta el prelado. Así, Valera estima que «la iglesia debe servir a la gente ayudando en una realidad tan complicada como es la vivienda» y aboga porque las casas «no se hundan si pueden dar un servicio a la sociedad».
«Un edificio que se hunde no cumple ninguna función. Ni religiosa, ni social ni de ningún tipo. Es un fracaso», concluye el obispo de Zamora.