Zamora es la provincia más envejecida de España. Eso ya se ha dicho. La media de edad de esta provincia supera a la de cualquier otra en España y dibuja un escenario de problemas socioeconómicos difícil de afrontar. Pero esa es solo la parte mala de la realidad. La buena se centra en un hecho que se toma como algo normal, como una consecuencia lógica de los avances de la vida, pero que conviene recordar de vez en cuando: cada vez vivimos más. Y aquí especialmente.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, conocidos este miércoles, Zamora es una de las cuatro provincias de España donde la esperanza de vida ya supera los 85 años. El dato no es baladí, si se tiene en cuenta que, solo hace un año, esa expectativa solo alcanzaba los 83,62 en este territorio y que, en lo peor de la pandemia, había caído a los 82,9. Ahora, se sitúa en 85,15, solo por ligeramente debajo de Salamanca y de Madrid, y un poco por delante de Álava.
Además, la evolución histórica de los datos permite observar un incremento muy elevado de la esperanza de vida en Zamora. En 1975, la cifra se situaba en 73,81, por lo que la expectativa de años por delante al nacer se ha incrementado en casi una docena. Solo en lo que va de siglo, son casi cuatro años más.
Conviene señalar aquí que, en el arranque de la serie histórica, hace ya casi 50 años, había doce provincias con una esperanza de vida superior a la de Zamora, por lo que la evolución en este territorio ha sido mejor que en el conjunto de España.
Las mujeres, casi hasta los 88
También cabe destacar que la esperanza de vida varía bastante si uno se fija en el dato de los hombres o en el de las mujeres. La expectativa media para ellos apenas alcanza los 82,5, mientras que la de ellas ronda los 88, cerca ya de un escenario en el que ser nonagenaria deje de ser una excepción para pasar a ser la norma, lo habitual.
Por tanto, es cierto que Zamora necesita mejorar en los datos de natalidad, de presencia de población joven y de actividad, pero también hay que subrayar que una parte de la estadística del envejecimiento corresponde a esta evidencia: la gente de la provincia llega a vieja. Cada vez más.