El Ministerio de Transportes ha adjudicado el anunciado contrato para analizar el impacto que tendría en varias autopistas el fin de la concesión privada, entre ellas la AP-6, la autopista que utilizan los zamoranos en sus desplazamientos a Madrid. El documento indica que tras la concesión, con un final datado el 19 de noviembre de 2029, «estas infraestructuras pasarán, previsiblemente, a ser gestionadas directamente por el Ministerio sin cobro de peaje al usuario», al igual que ha sucedido desde 2018 tras la finalización de los contratación de la AP-1 (Burgos-Armiñón), AP-4 (Sevilla-Cádiz), AP-7 (Alicante-Valencia-Tarragona y Tarragona-Barcelona) y AP-2 (Zaragoza-Mediterráneo).
Como consecuencia de la apertura de las autopistas se traducirá en que estas vías «previsiblemente captarán tráfico» de otras carreteras libres de peajes, en particular la N-VI, la N-110 y la N-603, además de los coches que puedan empezar a circular por la reducción del coste generalizado.
Esto, indica el Ministerio de Transportes, podría tener repercusiones. Por ejemplo, en la insuficiencia de la capacidad de algunos enlaces de la autopista con otras carreteras, lo que «puede derivar en la necesidad de remodelar los enlaces existentes o de implantar nuevos en otras ubicaciones». Así, por ejemplo, la distancia entre los enlaces de San Rafael y Villacastín es de 22 kilómetros aproximadamente, entre Villacastín y Sanchidrián hay 20 kilómetros y entre Villacastín y Vicolozano, otros 22. «Por lo tanto, existen usuarios que se ven obligados a recorrer trayectos largos por vías convencionales para acceder a la autopista, penalizando su seguridad y tiempos de viaje».
Asimismo, en caso de confusión en la selección de la salida, los recorridos para efectuar el cambio de sentido son también muy prolongados. Por este motivo, debería estudiarse la construcción de nuevos enlaces o completar los existentes para mejorar accesibilidad al territorio y mejorar las condiciones de explotación de las autopistas.
Más gasolineras
Además, será evidente la falta de capacidad de las áreas de servicio existentes para atender la mayor demanda, en particular de los vehículos pesados, lo que puede derivar en la necesidad de ampliar las existentes o buscar ubicaciones para nuevas estaciones.
Por lo demás, se planteará la necesidad de incorporar carriles adicionales en el tronco de la autopista y la necesidad de instalar medidas de protección contra el ruido.