Hay una Zamora que no se resigna, que quiere seguir adelante sin dejar de mirar atrás y que es consciente de que las heridas la hacen más fuerte. Una Zamora que hoy se ha permitido echar la vista atrás, al tórrido verano de 2022, marcado a fuego en la memoria colectiva de una sociedad que pronto decidió cerrar, muchas veces en falso, el capítulo, y seguir. Parte de la resistencia numantina de la provincia se edifica sobre Los Rescoldos de la Culebra, título que lleva el libro que hoy ha presentado en Zamora el periodista Juan Navarro. Un libro que cierra la historia, pero no la herida.
Acompañado de los protagonistas, con la presencia de algunos de los familiares de los cuatro fallecidos en el segundo fuego (Daniel Gullón, Victoriano Antón, Eugenio Ratón y Ángel Martín), la presentación del libro se ha convertido en un ejercicio de reflexión general primero sobre el periodismo, después sobre lo que pasó entonces y por último sobre la necesidad de contar bien unas historias que no merecen que alguien las cuente mal. “Volver, volver y volver” al lugar de los hechos, escuchar a los protagonistas, conocer sus testimonios y plasmarlos con respeto para que el lector tenga en mente un recorrido completo de lo que sucedió en aquellos días del verano de 2022, principalmente en aquellos que comenzaron el domingo 17 de julio.
Navarro, acompañado en la presentación del libro del fotógrafo Emilio Fraile, autor de la foto de portada, ha hecho hoy una defensa de la necesidad de conocer y difundir, haciendo hincapié en lo primero para lograr después lo segundo. Y ha lamentado como en aquellos días una de las comarcas más olvidadas de una comunidad autónoma de la que nadie suele acordarse sufrió en sus carnes una injusticia aún mayor en forma de fuego. Una injusticia que provocó un descontento social que tardó poco en apagarse, quizás resignada la provincia a una suerte que parece nunca acompañar. «Esto es lo que hay».
“Debemos saber qué ha pasado, qué se ha subsanado y qué se ha corregido, pero también qué se ha olvidado”, se preguntaba el autor en una conversación con los lectores que en varias ocasiones ha saltado entre Zamora y Levante, ahora que la tragedia de la DANA ocupa las primeras planas de los informativos. Y se ha puesto sobre la mesa las similitudes entre ambos escenarios, siempre subrayando que la enorme pérdida de vidas humanas en la Comunidad Valenciana confiere a la DANA una categoría de desastre infinitamente superior. Pero, “si se amplia el foco”, sí hay cosas similares. “Allí se habla de que no se tendría que haber construido en las ramblas” como aquí de que el monte estaba sucio. Se habla de no hacer caso a las alertas como no se hizo caso aquí al aviso por calor extremo que convivió con una declaración de riesgo medio de incendio en el primero de los fuegos. En ambos extremos del país se reaccionó lento, en ambos se valoró mal el impacto del desastre y en ambos se ha producido un choque de administraciones (que sea más severo en Valencia no hace olvidar como en Zamora, parte de la sociedad solicitaba que el Gobierno tomara el mando único en el segundo de los incendios).
Recuerdo de los protagonistas
Por lo demás, el autor ha aprovechado el marco de la presentación de “Los Rescoldos de la Culebra. Fuego y muerte en los incendios de Zamora” para “hacer justicia” a las personas que se jugaron el pellejo durante aquellos días, desde guardias civiles a bomberos (mención especial para el equipo de Villardeciervos, presente en la presentación), pasando por personas que dieron la vida, como Ángel Martín, defendiendo a su pueblo. “Todos hablan de lo mismo. De impotencia, de abandono del campo, del mal trabajo de la Junta de Castilla y León. Cuando todo el mundo dice lo mismo sobre los mismos temas, habría que sacar conclusiones”, defiende Navarro.
La vida rural, el escaso poder de influencia de los pueblos y la necesidad, vista en 2022 en Zamora y ahora en Valencia, de unos servicios públicos de calidad para trabajar en las situaciones de emergencia han puesto el colofón a una interesante charla marcada por la reivindicación y atravesada por la sensación de que Zamora no ha recibido la justicia que merece. Quizás este libro ayude a ello.