El día de Todos los Santos ofrece sus últimas horas de luz cuando Montse Andrés acude al cementerio de Cubo de Benavente. El camposanto del pueblo se ubica a mano izquierda de la carretera ZA-111 en dirección a Molezuelas de la Carballeda, y desde su puerta se percibe con claridad, a pesar de la nubosidad vespertina, el mal estado de la calzada que se halla a unos metros: «¿Y qué es lo que podemos hacer», se pregunta la vecina del pueblo, con ánimo sincero de encontrar una respuesta que no recibe.
Ante el silencio, Montse Andrés comienza a repasar las veces que el arreglo de la carretera se ha convertido en una promesa sin cumplir. De forma recurrente surge la cuestión en público, y los lugareños aseguran que, aunque no lo parezca, esta es una carretera transitada para quienes vienen de la zona de León o de otras partes de la provincia de Zamora para incorporarse a la A-52.
En el año 2020, la Junta, titular también de esta vía, acometió el arreglo de la carretera que comunica la ZA-111 con la provincia de León, a la altura de Nogarejas, pero en lo que concierne a la provincia no ha habido movimientos. Solo amagos. El PSOE ha presentado varias iniciativas en las Cortes para exigir una intervención inmediata, pero se ha encontrado con la puerta cerrada: «Hay gente que viene de León que prefiere rodear por Muelas de los Caballeros, porque por aquí se deja las ruedas», insiste Montse Andrés, que se despide sin tener muy claro si hay una solución en manos de los vecinos.
Uno de los problemas que tiene la zona para hacerse oír con esta y con otras reclamaciones tiene que ver con lo de siempre por estos lares: la despoblación. Entre los cuatro pueblos por los que transita esta carretera en la provincia (Cubo de Benavente, Molezuelas de la Carballeda, Valleluengo y Rionegro del Puente) suman 305 habitantes. Quizá menos, ahora que han pasado los Santos y se acerca el invierno. Muchos son, además, mayores. Cuesta movilizarse.
Por eso, la idea de alcaldes como Alexandre Bertín Satue, el regidor de Molezuelas de la Carballeda, es salir a la calle… el verano que viene: «Tenemos previsión de hacer cortes en la carretera, pero cuando haya más gente, cuando molestemos», señala el mandatario municipal, que es consciente de las limitaciones que tiene la localidad, pero también de la necesidad acuciante de disponer de una carretera digna. «Lo único que hacen es parchear, volver a pintar y se olvidan», lamenta el dirigente local del PSOE.
Treinta años después
Harto de esta situación, pero sabedor de que sus fuerzas son más cuando el calor aprieta, Satue ha iniciado ya conversaciones con los alcaldes de la zona para preparar la batalla: «Nos tienen totalmente abandonados. Es una carretera peligrosa, sobre todo cuando llueve», explica el alcalde, que afirma que no hay más accidentes porque los conductores ven lo que hay y pasan con cuidado.
Paradójicamente, esa mayor precaución no es suficiente para frenar al paso por la travesía de Molezuelas: «Ya he solicitado a Tráfico que ponga un radar. Una vez me llevó uno por delante porque venía más rápido de la cuenta», abunda el alcalde, que cree que el último arreglo integral de la ZA-111 se produjo por los 90. Ahora, los vecinos que han resistido desde entonces esperarán a los refuerzos para reclamar una nueva intervención, treinta años después de la anterior.