El Somacyl licitará este mismo jueves las obras de construcción del nuevo polígono industrial Zamora Norte, en el término municipal de Monfarracinos. La institución regional pone así en marcha una inversión que, en conjunto, superará los catorce millones de euros y que es parte fundamental de los presupuestos regionales para el año que viene en lo que respecta a Zamora. Se abrirá así un plazo que llevará, la intención es que en el primer semestre del año que viene, a la adjudicación de los trabajos y al inicio de las obras, un hito que debería haberse producido este mismo año y que se ha retrasado.
Además, según indica el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, el polígono cuenta con una buena aceptación por parte de las empresas. De hecho, el 89,7% del suelo está ya comprometido con empresas que tienen interés en establecerse en la zona. Preguntado por las empresas en cuestión, el consejero asegura que «deben ser ellas mismas» las que den a conocer sus planes de expansión.
La licitación llega después de la aprobación del Plan Regional para el polígono. El plan detalla el desarrollo de área de actividades productivas (el polígono propiamente dicho) y su accesibilidad a dos ejes de comunicaciones «estratégicos» como son la Ruta de la Plata y el Corredor del Duero. Para ello, el Plan Regional clasifica los terrenos previstos para la construcción del polígono, adyacentes a la carretera autonómica CL-612, como suelo urbanizable, delimitando sobre ellos dos sectores de uso puramente industrial. Se han excluido terrenos con protecciones naturales o con valores agrícolas singulares y , específicamente, aquellos afectados por la mejora del canal de riego Toro-Zamora.
La división del ámbito en dos sectores viene condicionada por la propia localización del área industrial, que es atravesada por la carretera CL-612, en la que se apoya la ordenación y a través de la cual se realizará el acceso al nuevo polígono, que se formaliza como dos ámbitos discontínuos. En tanto la legislación autonómica no permite la delimitación de sectores discontínuos (salvo para la obtención de sistemas generales), la propuesta se formaliza como dos ámbitos de ordenación, autónomos desde el punto de vista formal aunque planificados conjuntamente, procurando el equilibrio global del conjunto en términos de beneficios y cargas asociados al desarrollo urbanístico.