Son poco más de las seis de la tarde y Javier Bodego ya espera de uniforme, al pie del camión, dentro de las dependencias de Ifeza. El bombero del consorcio provincial está listo para partir rumbo a Valencia, junto a dos compañeros del servicio, para echar una mano en lo que toque en medio de la crisis humanitaria causada por la DANA. Ya son más de 200 muertos y 1.900 desaparecidos, y las necesidades se acumulan de tal modo que la catástrofe parece ahora mismo inabarcable.
Pero por algún lado hay que empezar. Y para eso se necesitan manos y personas con conocimiento. Bodego y sus dos compañeros son profesionales, tienen claro lo que pueden aportar. Junto a ellos, y en el marco del apoyo de la ONG Acción Norte, también están listas para viajar hacia Valencia una enfermera y una persona de logística. Solo quedan un par de detalles antes de marchar para ponerse a disposición de la causa hasta el martes.
Bodego explica que ya les han comunicado dónde deben ir en primer lugar. Se trata de un Puesto de Mando Avanzado a las afueras de Valencia. El responsable del dispositivo les concretará qué hacer cuando lleguen al lugar, probablemente a altas horas de la madrugada. El vehículo en el que se desplazan no es un turismo y da para lo que da.
En principio, la intervención del equipo zamorano se centrará en «sacar vehículos e inspeccionar lo que son los parkings subterráneos», aunque todo se verá «sobre la marcha», en función de las necesidades que vayan surgiendo: «Desde allí han estado hablando con Presidencia de la Diputación y les han dicho el material que tenemos que llevar y las funciones de las que nos vamos a ocupar», remarca Bodego.
Días largos
El bombero es consciente de que está a punto de situarse ante unas horas frenéticas de trabajo y convivencia con el drama. No es la primera vez que asume tareas de esta índole como miembro de Acción Norte. La novedad es que todo esto ocurra en su propio país; que la zona cero del desastre sea una de las grandes ciudades españolas y sus alrededores.
«La noche y el resto de los días serán largos», asume Bodego, que destaca que también hay una zona habilitada para poder descansar cuando toque. «Nos adaptaremos a lo que tengan ellos», zanja el bombero. En Zamora empieza a oscurecer y él ya está listo para arrancar cuando le den la señal.